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La amenaza de los caudillismos provinciales
15 de marzo de 2007
La crisis política de La Rioja es endógena del poder. No se disparó por el desempleo, por el aumento de precios, por la pobreza, por la falta de desarrollo… sólo por el poder. Y con protagonistas que, de tan aliados, se convirtieron en enemigos íntimos.
La provincia de Tucumán comenzó a replicar una puesta similar. El gobernador José Alperovich comenzó a desparramar sombras sobre la actuación de su vice Fernando Juri y los acuerdos con sectores del “bussismo”.
El riojano Maza y Alperovich tienen en común haberse alineado con el gobierno de Néstor Kirchner sin dudar. Maza pasó de ser un dirigente de las sombras del menemismo a transitar los pasos de la Casa Rosada en la gestión K para buscar el mismo amparo.
La continuidad en el poder casi fuerza una crisis en la provincia de Buenos Aires y terminó en una derrota estrepitosa en Misiones cuando el voto mayoritario le puso freno a la ambición de Carlos Rovira.
La práctica de mantener el poder a cualquier costo abrió una falsa discusión sobre las reelecciones, como si ellas encerraran toda las perversiones del poder.
El oficialismo K parece haber puesto más empeño en seducir y anudar los acuerdos con el radicalismo afín que en ordenar las propias filas del PJ. Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, Salta y La Pampa darán las próximas muestras de los tironeos internos con trasfondo de pelea territorial.
La provincia de Tucumán comenzó a replicar una puesta similar. El gobernador José Alperovich comenzó a desparramar sombras sobre la actuación de su vice Fernando Juri y los acuerdos con sectores del “bussismo”.
El riojano Maza y Alperovich tienen en común haberse alineado con el gobierno de Néstor Kirchner sin dudar. Maza pasó de ser un dirigente de las sombras del menemismo a transitar los pasos de la Casa Rosada en la gestión K para buscar el mismo amparo.
La continuidad en el poder casi fuerza una crisis en la provincia de Buenos Aires y terminó en una derrota estrepitosa en Misiones cuando el voto mayoritario le puso freno a la ambición de Carlos Rovira.
La práctica de mantener el poder a cualquier costo abrió una falsa discusión sobre las reelecciones, como si ellas encerraran toda las perversiones del poder.
El oficialismo K parece haber puesto más empeño en seducir y anudar los acuerdos con el radicalismo afín que en ordenar las propias filas del PJ. Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, Salta y La Pampa darán las próximas muestras de los tironeos internos con trasfondo de pelea territorial.