Joseph Blatter mostró su deseo de promover un encuentro entre Zinedine Zidane y Marco Materazzi para que dejen atrás el incidente que protagonizaron en la final del Mundial de Alemania 2006, cuando el francés fue expulsado por aplicarle un cabezazo al italiano que conmocionó al mundo futbolístico.

"Estamos trabajando en ello, queremos juntarles para que esta historia se termine. Es una pena que el Mundial terminara con una tarjeta roja", expresó el presidente de la FIFA, quien anticipó que la reunión podría celebrarse en Robben Island, Sudáfrica.

Ese fue el último partido como profesional del exquisito jugador francés, quien buscaba su segunda Copa del Mundo, algo que no pudo ser, ya que Italia se quedó con el cetro en la definición por penales, tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario.

Blatter, por otra parte, explicó que le gustaría que un Mundial no se defina más por penales, pero reconoció que "no hay otra solución".

No obstante, confía en encontrar una: "Los penales acaban con la esencia del fútbol como equipo y se convierten en un uno contra uno".

El máximo mandatario del fútbol mundial realizó estas declaraciones al comienzo de una conferencias de dos días sobre el Mundial organizada junto a la UEFA y con seleccionadores y directores técnicos que tomaron parte del certamen.