Por Adrián Taccone, enviado especial a Brasil

Viajar de Buenos Aires a Belo Horizonte tiene sus lados lindos, y de los otros. Porque ir en avión es más fácil y sencillo, y hasta se diría lo más lógico, pero con un grupo de periodistas decidimos hacerlo en auto.

En total cubrir la Capital Federal y la capital del estado de Minas Gerais nos demanda casi 3.000 kilómetros.

En el recorrido pasamos por un montón de pueblos del interior de Brasil y ciudades, desde Foz de Iguazú, en el límite con Misiones, hasta Cascavel, Jesuita, Dourado, pasando por Matto Grosso, el estado de Sao Paulo, hasta adentrarnos en Minas Gerais.

Poca emoción del mundial se vive en aquellas ciudades que no fueron elegidas como sedes, pero todos los brasileños sueñan con que el equipo dirigido por Luiz Felipe Scolari y comandado por Neymar, gane en el debut ante Croacia el próximo jueves en Sao Paulo.

La rivalidad con Argentina es notoria, sobre todo cuando ven el auto con patente de Buenos Aires y a los viajantes con camisetas albicelestes.

"¿De Argentina en auto por acá?", se preguntan muchos, pero siempre con cordialidad se acercan a dar una indicación o prestar un servicio para que nos sintiésemos -casi- como en casa.

Los negocios hacen sus promociones mundialistas, y los bares ofrecen sus televisores para poder ver los partidos, como aperitivo de lo que creen será el gran acontecimiento en años, luego que pasó el Papa Francisco (2013) y esperan los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro en 2016.

Todos coinciden en que Argentina tiene un gran equipo, por la figura de Lionel Messi, pero también de los demás atacantes, y ansían una final con el equipo "verdeamarelho".

"La final quiero que sea con Argentina", dijo Evander, un joven que cruzamos cerca de Cascavel, pero al preguntarle quién quería que triunfara y se lleve la Copa, respondió sin dudas: "Brasil, no queremos otro Maracanazo".