Argentina demostró que nadie puede darle un resquicio, porque si eso sucede -de una u otra manera- los dirigidos por Alfio Basile liquidan el pleito en poco tiempo, sin dejar nada librado al azar.

Así lo sufrió Perú, que intentó por todos modos contener a los albicelestes, con marcajes cerrados y tratando de cortar la creación de algunos de sus hombres, como Riquelme, Messi o el mismo Verón.

Sin embargo, la capacidad de Basile para observar el partido, para leerlo y saber tomar la decisión justa se puso en evidencia una vez más, cuando en el segundo tiempo hizo ingresar a Carlos Tevez por Diego Milito, quien no tuvo el peso ofensivo que se esperaba para el reemplazante de Hernán Crespo.

Con la llegada de Tevez el once albiceleste, llegó el gol, ya que tras una estupenda combinación con Riquelme, "Romy" aniquiló al arquero rival con un estupendo zurdazo.

Iba solo un minuto de juego del segundo tiempo y todo lo que tenía planeado Perú quedó en la nada, porque los incaicos perdieron el mediocampo y la figura de Javier Mascherano -juega como si tuviera 20 años en primera división y sólo tiene 23-, se agigantó para hacerse dueño y patrón de ese sector de la cancha.

Luego vino un gol de Messi, otro de Mascherano y un segundo de Riquelme, todos con el sello "made in Argentina", que habla a las claras de un equipo que sabe lo que quiere, tiene elementos para hacerlo y no pierde de vista el objetivo, que es levantar la Copa América una vez más.