Tardó cinco años en volver a la Bombonera para enfrentar a Boca y volvió a salirse con la suya. Ramón Díaz fue el artífice del 3-0 de San Lorenzo en el Apertura, que sirvió también para cerrar aquellas viejas heridas del 7-1 que los "xeneizes" habían hecho a fuerza de goles en el Nuevo Gasómetro.

Como ocurrió en el Clausura 2002 con River, con la recordada "vaselina" de Ricardo Rojas, ahora Ramón Díaz vuelve a destronar a Boca, encabezando un San Lorenzo que no estaba en los planes de nadie, pero en el cual el riojano confía ciegamente.

Nadie daba "dos pesos" por este San Lorenzo, que venía vapuleado por el paso de Oscar Ruggeri en la conducción, y con la llegada de "Ramón" -comolo adoptaron los hinchas-, empieza a ver la luz tras meses de ostracismo.

El debate se dispara por sí solo y ahora no son pocos los que se preguntan si en realidad el River tricampeón de los '90 era dirigido por "los jugadores" (entre ellos se mencionaba a Enzo Francescoli) se sustentó en las ideas emanadas de la cabeza de Díaz, pese a que quisieron minimizar sus aptitudes.

Desde que Ramón se fue de River, nada volvió a ser como era -de hecho los "millonarios" no consiguen un título internacional desde el 97, con él en la conducción- y ahora colocó a San Lorenzo en el centro de la escena, prometiendo aún mucho más por dar.

El técnico pide trabajo, rodaje, enaltece a sus dirigidos y hasta tiene tiempo para pedirle a su colega Alfio Basile (a cargo de la selección nacional) que cite al arquero Agustín Orion al equipo albiceleste.

Un Ramón auténtico es ese que "chicanea" a Mauricio Macri, le apuesta una camioneta, dinero y hasta se muestra pícaro en la Bombonera, donde sabe que no es bien tratado, pero no pierde el sentido del respeto, cualidad fundamental para entender qué es, qué quiere y hasta donde puede llegar este San Lorenzo, que por ahora carretea, pero que empieza a desplegar las alas para volar hacia el sueño del título.