El 7-1 fue durísimo, lacerante, dejó heridas en carne viva entre los hinchas de San Lorenzo que no podían asimilar el "baile" que Boca les dio en su propia casa.

Insultos a los jugadores en la semana posterior, también al técnico Oscar Ruggeri y hasta pedido de renuncia de algunos dirigentes. El panorama en el conjunto azulgrana era por demás desalentador.

Encima Boca iba a paso firme en busca del récord que el San Lorenzo de Manuel Pellegrini, en el 2001, había impuesto en el fútbol argentino, 13 victorias consecutivas.

Sin embargo, tras la debacle San Lorenzo hilvanó dos victorias consecutivas, cierto es que Boca ganaba por todo lados y se mostraba como el más firme para romper el récord azulgrana.

Y el esperado día llegó. Este domingo San Lorenzo tenía una parada brava ante Independiente en el clásico que se disputaba en Avellaneda, mientras que Boca recibía al ascendido Godoy Cruz de Mendoza, en busca del récord.

El que terminó sonriendo fue San Lorenzo, que superó a los "rojos" por 1-0 y con el empate de Boca alcanzó también a los "xeneizes" en la punta del torneo, pero además los boquenses no pudieron lograr el récord de los "cuervos".

Este juego de situaciones, de idas y vueltas, de enemistades y números, de rivalidad y revanchas, el que terminó festejando fue San Lorenzo. La historia aún es larga y nadie sabe como terminará.