Brasil y Francia, dos campeones mundiales -de hecho el primera actual pentamcampeón-debutaron con suerte dispar en el torneo ecuménico de Alemania 2006. Mientras los "verdeamarelhos" vencieron a Croacia 1-0, los galos redondearon un híbrido empate sin goles con Suiza.

Se puede decir que la expectativa generada por Brasil y su constelación de estrellas dejó un sabor amargo a los aficionados, pero al menos arrancó sumando de a tres y estirando su invicto mundialista a ochos partidos, si se cuentan los siete que ganó en Corea/Japón 2002.

Ronaldo -reemplazado por Robinho-, Ronaldinho, Kaká y Adriano, no tuvieron una buena noche en Berlín, y si bien en foribundo zapatazo de Kaká les dio el triunfo, poco aportaron los "cuatro fantásticos".

Aducen nervios de debut, calor, y el juego del rival, pero lo cierto es que defraudaron, aunque no por eso dejarán de ser el candidato a quedarse con el título en Alemania.

Solo es cuestión de esperar que "despierten" y seguramente contra Japón y Australia se florearán, para acceder a octavos de final mucho más homogéneos y eficaces.

Que lejos parece estar el recuerdo del Mundial de 1998, cuando "les bleus" eran el mejor equipo del planeta y Zinedine Zidane era el émulo de Diego Maradona y otros grandes del fútbol mundial.

El equipo de Raymond Domenech que saltó al campo para enfrentar a Suiza por el grupo G solo fue una pálida sombra de aquellos que levantaron la copa en el Saint Denis de París.

La renovación francesa parece no hacer pie en el equipo que comanda un Zidane en plena despedida y carece de peso ofensivo, pese a contar con uno de los mejores delanteros del planeta como es Thierry henry.

La maquinita suiza, un equipo que sabe bien el libreto que diseña su entrenador, no le dejó espacios a los franceses, e inclusive les hizo vivir momentos de zozobra, con remates en los palos y salvadas providenciales.

Los debuts de los campeones mundiales no fueron lo que los aficionados esperaban. Todos quedaron defraudados, aunque el fútbol siempre les deja abierto el crédito para lo que viene. Esperemos no equivocarnos.