El técnico de la selección brasileña, Carlos Alberto Parreira, opinó que hubo un exceso de respeto mutuo en el partido entre Argentina y Alemania, en el que los anfitriones del Mundial de fútbol de 2006 se clasificaron a las semifinales al imponerse en una tanda de penales.

En declaraciones publicadas en la página electrónica de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Parreira consideró como "justo" el empate por 1-1 en los 90 minutos y en el alargue.

"Alemania y Argentina no merecían vencer. Fue un partido en que los dos equipos se respetaron mucho y en el que casi no hubo lances ofensivos. Tanto es así que los dos porteros no trabajaron", afirmó.

Según el entrenador brasileño, "Alemania supo anular la calidad de los argentinos, y estos supieron frenar la velocidad de los alemanes".

"Fue un partido equilibrado, en el que no hubo un destaque individual", agregó.

Parreira consideró, sin embargo, que Alemania fue superior en la disputa de tiros penales: "Los alemanes tiraron muy bien, como se debe hacer, con disparos fuertes. Y (el portero) Lehmann terminó siendo la figura de un partido en que nadie brilló en el tiempo reglamentario ni en la prórroga".