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Mitos y verdades para el control del Aedes aegypti
Una lista para la prevención de estas enfermedades que transmite el mosquito. La mejor herramienta: conocer y compartir información que pueda ayudar a controlar al vector del zika, dengue y chikungunya
3 de marzo de 2016
Dengue, zika y chikungunya son enfermedades que en los últimos meses estuvieron en boca de todos los argentinos como consecuencia de la proliferación de casos.
Estos males se transmiten través de de la picadura del temible mosquito Aedes aegypti.
Por tal motivo, es necesario tomar conciencia sobre las medidas de prevención que hay que tomar, en especial las referidas a la higiene de los diferentes lugares donde puede desarrollarse este insecto.
Con el objetivo de contribuir al control del Aedes aegypti, el área de higiene ambiental de BASF en la Argentina da a conocer una serie de mitos y verdades sobre el insecto y ofrece una guía de consejos para la población en general.
· El Aedes no solo coloca huevos en agua limpia. El mosquito ovipone en cualquier tipo de agua, aún sucia o estancada. La hembra lo puede hacer en lugares donde que pueden acumular agua luego. Los huevos pueden quedar activos hasta 1 año a la espera de que el agua los haga eclosionar.
· Los criaderos no siempre están en sitios sombríos. Si bien buscan preferentemente lugares protegidos y sombríos, pero se han observado también en recipientes con agua ya sea parcial o totalmente expuestos al sol. Las larvas huyen del sol, pero no es un elemento que impida su desarrollo.
· Los recipientes considerados criaderos pueden tener cualquier tamaño. Los criaderos no siempre se establecen en recipientes pequeños y medianos. Por ejemplo, en el norte de nuestro país, donde no hay agua potable, se usan recipientes de 20 litros o baldes, inclusive cisternas de 100-200 litros en los que puede haber larvas. El tipo de recipiente a utilizar lo definirá el hombre con su habito de ordenamiento y limpieza en el peridomicilio.
· Los larvicidas son efectivos pero deben integrarse como una herramienta dentro de un programa más amplio. No siempre es suficiente un buen control focal con larvicidas ya que es difícil llegar y tener acceso a todos los criaderos. Los larvicidas presentes en el mercado tienen modos de acción diferentes y se requiere capacitación para aplicarlos de manera efectiva.
· Aplicar un insecticida adulticida no es suficiente. Un programa de control de Aedes requiere un trabajo integrado comenzando por la proactividad de la población pero bien articulado con las ONG, instituciones, medios de comunicación y el estado. No hay insecticida o acción que por sí sola y de manera aislada permita solucionar un tema tan complejo. Todos son partes de la solución. Los insecticidas son herramientas.
· Un recipiente es considerado criadero cuando puede contener agua por más de 5-7 días. Hay recipientes que no tienen capacidad para contener agua por varios días, por lo tanto no son de riesgo, pero si la lluvia frecuente los mantiene llenos puede ser un recipiente de riesgo que hay que destruir.
· Una pileta de natación puede ser un criadero potencial. Si bien una pileta con agua filtrada, en movimiento y clorada es poco frecuente que pueda generar un riesgo, pero no hay que descartar nada. Si la piscina no se usa, es necesario vaciarla y si acumula agua después de una lluvia, tratarla con cloro para destruir las posibles larvas generadas. Las hembras sobrevolaran este lugar considerado criadero.
· El frío puede matar al mosquito. Depende de las temperaturas. Se establece que las bajas temperaturas limitan el vuelo y los ciclos biológicos son más largos, es decir, tarda más días el huevo en llegar a adulto. Pero los mosquitos regresan en primavera por lo que de alguna manera pasan el invierno ya sea en estado de huevo o adultos que sobreviven en sitios protegidos.
Paralelamente, BASF acerca a la comunidad una guía de control, basada en cinco ejes estructurales para prevenir y evitar que el mosquito colonice la vivienda o los barrios para reducir el riesgo epidemiológico de generar brotes de estas enfermedades.
1- Eliminación de criaderos: retirando recipientes inservibles dentro y alrededor de los domicilios. La acción preventiva incluye cubrir los recipientes de agua potable (baldes, tachos, piletas o aljibes) con tul o redes.
2- Control químico focal con larvicida: debe ser manipulado por personal capacitado y aplicarse apenas se detectan las primeras larvas.
3- Control químico perifocal con insecticida Fendona / Tacazo: aplicado de manera profesional la acción residual se prolonga por entre 15 a 30 días.
4- Control espacial con permetrinas: se aplican con máquinas de Ultra Bajo Volumen o Termoniebla para generar una nube muy fina que pueda tocar al mosquito en vuelo.
5- Monitoreo poblacional del mosquito: es una actividad clave para determinar el riesgo epidemiológico y programar las estrategias de prevención y control con más tiempo.
Según Marcelo Hoyos, gerente técnico de Higiene Ambiental de BASF en Argentina, “la mejor herramienta es saber, conocer y compartir información que pueda ayudar a prevenir la enfermedad y controlar al vector. Una estrategia integral que incluya capacitación, diagnósticos precisos y prácticas culturales puede ayudar a mantener el virus bajo control".
La capacitación, educación y entrenamiento de los equipos de aplicación son clave para el éxito del programa, junto con el aseguramiento de las medidas de protección para la aplicación correcta en el uso de insecticidas.