Hubo un tiempo en que se hacían coches para durar toda la vida. A esa época pertenece el mítico Citroën 2CV, un vehículo de formas rompedoras que fue presentado en el Salón de París de 1948 y que ahora cumple 60 años, y decimos cumple, porque todavía hay entusiastas que conservan modelos en perfecto estado e incluso siguen afrontando viajes de miles de kilómetros sin sufrir excesivos problemas.
Y es que este automóvil nació como un fiel sirviente y acabó convirtiéndose en un fiel amigo. Un amigo para todo: concebido para las labores del campo, pronto se transformó en coche de policía, de rally, para gente viajera, coche hippie…vaya, la versatilidad sobre ruedas.
Sin embargo, sus comienzos no fueron nada fáciles. Así, hay que remontarse hasta el año 1929, cuando André Citroën pensaba en construir un automóvil pequeño y práctico, y le encargó el diseño a Flaminio Bertone. Cuando en 1936 falleció André Citroën, fue Pierre Boulanger el que dio el impulso definitivo al proyecto.
Las indicaciones eran claras: "un vehículo para el campo que ofrezca el suficiente espacio para dos agricultores con sus botas, un saco de 50 kilogramos de patatas o un pequeño barril, que sea capaz de alcanzar 60 kilómetros por hora y consumir como mucho tres litros de combustible".
Así, de la mano del ingeniero Alphonse Forceau (diseñador de la característica suspensión del dos caballos), André Lefebre y Flaminio Bertone, en 1937 toma forma el prototipo que dará paso al coche definitivo. En 1939 se fabricaron 250 modelos pero llegó la guerra y la ocupación alemana de Francia. El plan se detenía.
Habría que esperar al 7 de octubre de 1948 para que el Citroën 2CV se presentara al público en el Salón del Automóvil de París. Desde luego, no dejó indiferente a nadie. Muchos pensaron que era un coche ridículo y el tiempo acabó demostrando que se equivocaban, pues asistieron sin saberlo al nacimiento de un mito.
Una leyenda de la practicidad reforzada también por su famosa estabilidad. Su inclinación en las curvas era garantía de antivuelco. Con un motor bicilíndrico y nueve caballos de potencia, el Citröen 2CV tuvo diferentes versiones a partir de una misma base: Dyane, Méhari, Azam, Charleston…y fue un éxito de ventas, tanto, que en los años 50 había que esperar más de cinco años para conseguir uno nuevo.
Para festejarlo, la Ciudad de las Ciencias y la Industria de París realiza desde hoy y hasta el próximo 30 de noviembre una exposición sobre el joven sexagenario titulada 'Los 60 años de un coche esencial'.