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Hay que controlar el peso de los niños
15 de junio de 2007
Estamos muy cerca de las vacaciones de invierno, que para los chicos son sinónimo de descanso y esparcimiento. Sin embargo, el mal uso del tiempo libre puede contribuir al sobrepeso, sobre todo si las actividades elegidas favorecen el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios.
Los especialistas advierten que el problema radica cuando las actividades planeadas y coordinadas por los padres no favorecen el desarrollo de deportes y actividades al aire libre, sino que, por el contrario, incitan al sedentarismo y los cambios de hábito
En este sentido, un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, prueba que si no se toman las precauciones suficientes, las vacaciones pueden representar un "peligro" para la salud de los niños, dado que tienen más tiempo libre y abandonar las rutinas de actividad física que les impone el ciclo lectivo, factores que favorecerían el incremento de peso.
"A través de nuestro relevamiento, no estamos diciendo que todos los chicos engorden durante las vacaciones o que el incremento de peso sea una condición ineludible de la época de receso escolar. Sencillamente, nuestra observación apunta a demostrar que las escuelas, muchas veces señaladas como las responsables de la ganancia de kilos por parte de los niños, tal vez no sean las únicas culpables. La falta de actividad y trajín diario también son factores a tener en cuenta, pues durante la época de clases, los chicos sobre todo los de preescolar y primaria, mantienen una rutina: se levantan a determinada hora, asisten al colegio todo el día, realizan actividades extraescolares y se acuestan a un mismo horario casi todos los días. Durante las vacaciones, esta estructura se altera, dando paso a los desajustes", señaló Brian Powell, autor del estudio cuyas conclusiones forman parte de una edición reciente de la publicación especializada American Journal of Public Health.
En declaraciones a la agencia de noticias Pro-Salud News, la licenciada en nutrición Claudia Fernández, jefa del Servicio de Nutrición del Instituto de Cardiología de Corrientes, destacó que “es significativo tener en cuenta que siempre durante las vacaciones, tanto los chicos como los adultos, nos damos algún que otro gustito, es decir que siempre se come un poco de más”.
“Sin embargo, estas pequeñas licencias no deberían representar un aumento de peso desmedido, sobre todo pensando que el receso escolar de invierno es de sólo 15 días, con lo cual subir muchos kilos estaría dando la pauta de una alteración muy significativa. Para evitar los problemas de sobrepeso a posteriori, es importante que los chicos mantengan siempre una rutina de actividad física. Mientras que en la época escolar pasa por las horas de gimnasia, durante las vacaciones, hay que planear paseos caminando y dejar el auto en el garage o bien salir a andar en bicicleta", dijo.
Durante la experiencia, que se extendió entre 1998 y 2000, los investigadores de la Universidad de Indiana analizaron datos médicos de 5.380 niños de preescolar y primaria que, además, fueron sometidos a diversas encuestas.
Los chicos fueron pesados dos veces cada año, y los especialistas calcularon su Índice de Masa Corporal (IMC), una medida que, tomando el peso y la estatura, permite calcular una cifra que indica si el peso es ideal o, por el contrario, se encuentra por debajo de lo normal, por encima o si existe obesidad.
Teniendo en cuenta esos datos, los autores del estudio establecieron parámetros para determinar la posibilidad de que los chicos aumentaran de peso durante el receso escolar.
Según los especialistas, encabezados por el doctor Paul Von Hippel, otro de los líderes de la investigación, la razón del incremento de peso durante las vacaciones estaría en los desajustes que se producen en la dieta, así como también en la cantidad de tiempo libre mal invertido.
Por otro lado, debido a la necesidad de trabajar de los padres, muchos chicos pasan la mayor parte de sus vacaciones en colonias o clubes sin que exista el control de una persona mayor que les ayude a mantener una estructura de alimentación equilibrada y ordenada.
"Es muy frecuente que durante las vacaciones los chicos pasen tiempo solos. Sin embargo, los padres deben estar muy atentos y, en caso que ellos no puedan disponer de tiempo para manejar las comidas de sus hijos, deben dejarlos con alguien que pueda organizar una rutina equilibrada en la cual se incluyan frutas y verduras, y se evite, bajo todo concepto, esa costumbre de comer por aburrimiento, sobre todo snacks, típicos compañeros de los chicos cuando ven televisión o juegan a la computadora", concluyó la licenciada Fernández.
Los especialistas advierten que el problema radica cuando las actividades planeadas y coordinadas por los padres no favorecen el desarrollo de deportes y actividades al aire libre, sino que, por el contrario, incitan al sedentarismo y los cambios de hábito
En este sentido, un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, prueba que si no se toman las precauciones suficientes, las vacaciones pueden representar un "peligro" para la salud de los niños, dado que tienen más tiempo libre y abandonar las rutinas de actividad física que les impone el ciclo lectivo, factores que favorecerían el incremento de peso.
"A través de nuestro relevamiento, no estamos diciendo que todos los chicos engorden durante las vacaciones o que el incremento de peso sea una condición ineludible de la época de receso escolar. Sencillamente, nuestra observación apunta a demostrar que las escuelas, muchas veces señaladas como las responsables de la ganancia de kilos por parte de los niños, tal vez no sean las únicas culpables. La falta de actividad y trajín diario también son factores a tener en cuenta, pues durante la época de clases, los chicos sobre todo los de preescolar y primaria, mantienen una rutina: se levantan a determinada hora, asisten al colegio todo el día, realizan actividades extraescolares y se acuestan a un mismo horario casi todos los días. Durante las vacaciones, esta estructura se altera, dando paso a los desajustes", señaló Brian Powell, autor del estudio cuyas conclusiones forman parte de una edición reciente de la publicación especializada American Journal of Public Health.
En declaraciones a la agencia de noticias Pro-Salud News, la licenciada en nutrición Claudia Fernández, jefa del Servicio de Nutrición del Instituto de Cardiología de Corrientes, destacó que “es significativo tener en cuenta que siempre durante las vacaciones, tanto los chicos como los adultos, nos damos algún que otro gustito, es decir que siempre se come un poco de más”.
“Sin embargo, estas pequeñas licencias no deberían representar un aumento de peso desmedido, sobre todo pensando que el receso escolar de invierno es de sólo 15 días, con lo cual subir muchos kilos estaría dando la pauta de una alteración muy significativa. Para evitar los problemas de sobrepeso a posteriori, es importante que los chicos mantengan siempre una rutina de actividad física. Mientras que en la época escolar pasa por las horas de gimnasia, durante las vacaciones, hay que planear paseos caminando y dejar el auto en el garage o bien salir a andar en bicicleta", dijo.
Durante la experiencia, que se extendió entre 1998 y 2000, los investigadores de la Universidad de Indiana analizaron datos médicos de 5.380 niños de preescolar y primaria que, además, fueron sometidos a diversas encuestas.
Los chicos fueron pesados dos veces cada año, y los especialistas calcularon su Índice de Masa Corporal (IMC), una medida que, tomando el peso y la estatura, permite calcular una cifra que indica si el peso es ideal o, por el contrario, se encuentra por debajo de lo normal, por encima o si existe obesidad.
Teniendo en cuenta esos datos, los autores del estudio establecieron parámetros para determinar la posibilidad de que los chicos aumentaran de peso durante el receso escolar.
Según los especialistas, encabezados por el doctor Paul Von Hippel, otro de los líderes de la investigación, la razón del incremento de peso durante las vacaciones estaría en los desajustes que se producen en la dieta, así como también en la cantidad de tiempo libre mal invertido.
Por otro lado, debido a la necesidad de trabajar de los padres, muchos chicos pasan la mayor parte de sus vacaciones en colonias o clubes sin que exista el control de una persona mayor que les ayude a mantener una estructura de alimentación equilibrada y ordenada.
"Es muy frecuente que durante las vacaciones los chicos pasen tiempo solos. Sin embargo, los padres deben estar muy atentos y, en caso que ellos no puedan disponer de tiempo para manejar las comidas de sus hijos, deben dejarlos con alguien que pueda organizar una rutina equilibrada en la cual se incluyan frutas y verduras, y se evite, bajo todo concepto, esa costumbre de comer por aburrimiento, sobre todo snacks, típicos compañeros de los chicos cuando ven televisión o juegan a la computadora", concluyó la licenciada Fernández.