La nacionalización de YPF desencadenó una retahíla de posibles efectos de la medida sobre el clima de negocios y de inversión en el ámbito local, pero en ningún caso se tuvo en cuenta los intereses y expectativas de la mayor comunidad empresaria del país. No deja de ser curioso: se ignora el pensamiento del segmento Pyme, o sea al 98% de las firmas del país, responsables del 60% del empleo y del 39% del valor agregado de la economía.

¿Es una simplificación? Es la errónea creencia de que sólo las grandes empresas multinacionales invierten y crean empleo en la Argentina?. Tal vez haya algo de todo eso, pero también hay mala fe, ideologismo y lo que es peor, desidia en investigar acerca de los verdaderos protagonistas de la recuperación económica de post Convertibilidad.

Es interesante lo que decía hace un par de años alguien insospechado de pertenecer a las huestes del oficialismo, como Javier Gonzalez Fraga: “En todo este tiempo las Pymes han invertido más que las grandes. Hoy estamos en un nivel de inversión de 23% del PBI, cuando en el mejor momento de la convertibilidad fue del 17% y las inversiones eran producto de las privatizaciones de grandes empresas, beneficiadas con la política de esa época”. En ese momento “las Pymes estaban al borde de la quiebra y, lejos de invertir, estaban desinvirtiendo. Hoy ocurre todo lo contrario: las grandes empresas no participan del proceso de inversión porque tienen problemas con las tarifas o con las concesiones, o tienen dudas políticas, dado que consultan con especialistas políticos y economistas, por lo tanto deciden no invertir o hacerlo a bajo ritmo”.

Según datos de SEPYME, en los primeros años que siguieron al cambio de modelo económico, el conjunto de Pymes invirtió en promedio más de $ 25.000 millones por año, lo que en el 2003 – por ejemplo- equivalía del 68% del total invertido, mientras que las GE aportaron el 28,5% y las firmas multinacionales el 1,7%.

Si de empleo se trata las Pymes siempre tuvieron mayor vocación empleadora que las grandes, en buena parte como respuesta a la brecha tecnológica, algo que también se puso de manifiesto en los años que siguieron a la crisis económica del 2001-2002.

Datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del MTEySS, destacan que las grandes empresas del país pasaron de emplear en conjunto 1,53 millones de personas en el 2001 a 1,51 en el 2003, mientras que las medianas pasaron de 674 mil a 707 mil, las pequeñas empresas de 596 mil a 668 mil y las micro empresas de 378 mil a 438 mil.

Es cierto que muchas grandes empresas y multinacionales luego aprovecharon el envión de la economía en los años que siguieron para reforzar sus dotaciones, pero en todo caso siguieron ocupando un papel secundario en el reparto de la película de post crisis.

Despejada entonces la incógnita de ‘quien es quien’ en la economía de esta década del crecimiento a ‘tasas chinas’, habrá que preguntarse que opinan los principales actores de la nacionalización de la petrolera que supo privatizar Carlos Saúl Menem, con la idea de hacer una empresa eficiente, capaz de garantizar el autoabastecimiento de combustible.

Y conviene empezar con los que están más cerca del negocio, o sea con la cadena de valor, que integran miles de empresas prestatarias de bienes y servicios a las grandes petroleras.

“Saludamos y apoyamos la recuperación del interés del Estado por el manejo responsable de los recursos naturales hidrocarburíferos. Como proveedores Pymes del sector del petróleo y el gas apoyamos toda iniciativa que relance la exploración y explotación de nuestras reservas petro-gasíferas, por una YPF pujante, de elevada calidad en función de la soberanía energética y tecnológica al servicio del desarrollo económico y social del país”, dice Aníbal Mellano, secretario general de CAPIPE (Cámara de Proveedores de la Industria Petro- Energética)

Por su parte, Enrique Casares, secretario de la Cámara de Empresas Regionales de Servicios Petroleros, de Chubut, aseguró que “la decisión de nacionalizar YPF es una buena medida para mejorar el sector de la industria hidrocarburífera y los Pymes esperamos que a partir de ahora aumente el ritmo de inversiones y de actividad en el sector”

Y que se dice en el resto de los sectores de alta densidad Pyme, aquellos que podrían ver afectada su disposición a invertir por la supuesta ausencia de un clima de inversión favorable en el país.

Desde la poderosa ADIMRA (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina) apuntaron que la presencia del Estado en materia energética es estratégica para asegurar el autoabastecimiento y el resguardo de los recursos naturales propios.

"La decisión política, demostrada nuevamente por el gobierno, instala a nuestro país en el sendero de cumplimiento de los objetivos de reindustrialización, enmarcados en el modelo de desarrollo vigente, involucrando como factor estructural de sostenimiento del mismo, la planificación de largo plazo, que involucre la explotación y asegure el normal funcionamiento de la matriz energética", aseguró Juan Carlos Lascurain, presidente de ADIMRA.

Osvaldo Cornide, presidente de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), dijo que la importación de hidrocarburos, que alcanza al 14% de nuestras compras externas, compromete el crecimiento potencial de la Argentina.

"Esta peligrosa dependencia resulta más irritante habida cuenta que en nuestro subsuelo tenemos uno de los más importantes reservorios gasíferos del mundo. La decisión de ampliar la participación del Estado y las provincias reorienta la política energética en el sentido correcto", dijo el dirigente.

Por su parte Marcelo Fernández, titular de CGERA (Confederación General Empresaria de la Rpca. Argentina) afirmó que YPF era una empresa de desinversión, que no apostaba a la exploración, y el gobierno decidió intervenir. El Estado está para corregir los errores del mercado”

En definitiva está claro lo que piensan los empresarios que nacieron y van a morir acá.

Qué piensan los que deciden las inversiones en las multinacionales es otro tema, pero tal vez convenga recordar una frase del prestigioso economista Jorge Schvarzer: “los grandes capitales van donde hay negocios, sin importarles el clima de negocios. El ejemplo mas claro es China, país que está acusado de violar los derechos humanos y las leyes de mercado, y no hay multinacional que no esté en ese país”.