La pregunta es por qué estas cosas sólo suceden en Japón. Todos recuerdan que hace algunos años una multitud de pequeños japoneses sufrieron convulsiones mientras miraban una acelerada y luminosa secuencia del animé "Pokemón".

Ahora el episodio se repitió, inesperadamente, con la proyección de "Babel", el premiado filme de Alejandro González Iñárritu. Al menos medio centenar de espectadores sufrieron náuseas mientras miraban el filme.

Aparentemente, el problema se suscitó durante una secuencia con fuertes contrastes de luces (incluyendo luces estroboscópicas) en las que la actriz Rinko Kikuchi va a bailar a una discoteca.

El episodio trajo preocupación, especialmente tomando en cuenta que el filme despertó en Japón por la presencia de Kikuchi, por los antecedentes de la película y porque una parte está ambientada en Tokio. De hecho, en los primeros dos días de exhibición en Japón, vendió más de 30 mil localidades.

De hecho, ahora la distribuidora se vio obligada a incluir una advertencia en la página web oficial de la película así como señalar el peligro en los cines en donde se proyecta la película.

La incógnita es por qué estos fenómenos se dan únicamente en Japón.