El multimillonario ruso Román Abramovich dueño del club de fútbol inglés Chelsea es el dueño de la casa más cara del mundo.

Está remodelando por completo una mansión londinense que le costará 295 millones de dólares (150 millones de libras inglesas).

Tendrá sala de cine, pileta de natación cubierta y sauna, distribuidos en ocho pisos, tres de ellos subterráneos.

Según sus propias declaraciones quiere mantener el frente pero redecorará todo el interior con un cargado estilo victoriano: mucho plush, alfombras gruesas, cortinas pesadas. Sobre gustos no hay nada escrito dice un dicho popular.

Esta casa del barrio de Knightsbridge eran en realidad dos propiedades adyacentes que se dividieron en nueve departamentos en la década del 90.

El magnate ruso comenzó comprando uno de los departamentos y luego fue adquiriendo el resto a medida que salían a la venta por un total de casi 40 millones de dólares. En septiembre del 2007 obtuvo la propiedad vitalicia por otros cuatro millones.

Londres sigue siendo la ciudad más cara y la capital inmobiliaria del mundo, tras desplazar a Mónaco del primer puesto.

El metro cuadrado en las zonas exclusivas puede alcanzar los 37 mil euros (57,6 mil dólares) y la poca disponibilidad en oferta contribuye a mantener esos valores, al menos por ahora.