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Dispar apoyo a las medidas y dólar a 4,50
17 de diciembre de 2008
Era previsible: la batería de medidas anunciada por la presidenta en las últimas semanas no recoge un apoyo homogéneo del espectro empresario, pero hay coincidencia en aplaudir la decisión de actuar. Recuerdan que hasta hace unos meses en el Gobierno decían que el país estaba al margen de la crisis y en la actualidad se habla de un paquete multimillonario y polifacético, en procura de mitigar el impacto.
En líneas generales, desde las cámaras empresarias definen como iniciativas auspiciosas la moratoria impositiva y previsional, las medidas para formalizar el empleo, el plan de obras públicas, las nuevas líneas de crédito y la eliminación de la tablita de Machinea. Bastante menor es el entusiasmo que cosecha el cambio del sistema jubilatorio y el blanqueo de capitales.
Pero en el fondo algunos empresarios siguen pensando que la medida más efectiva que puede adoptar el Gobierno es la devaluación.
Para Silvio Cechet, presidente de la estratégica AAFMHA (Asociación Argentina de Fabricantes de Máquinas-Herramienta. Accesorios y Afines) las medidas no son suficientes. “Ayudan, pero no son más que parches. Y menos cuando se ha golpeado la confianza de la gente. Aquí lo que vale es llevar el dólar a $ 4,50, porque por debajo de ese valor no se frenan las importaciones ni mejoran las posibilidades de exportar, por lo menos del sector metalmecánico”.
Distintas son las expectativas de Pedro Reyna, vicepresidente de FAIMA (Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines): “Somos un sector mercado-internista y
las medidas del gobierno son bienvenidas en la medida que van ayudar a reforzar la confianza de la gente, un punto que es responsabilidad de varios actores y no sólo del Gobierno”, dice el empresario.
Expo, Impo y dólar
La industria de la madera y del mueble presenta una particularidad respecto al resto de las actividades “Pymes intensivas”: la caída de la demanda externa, que afecta a las más chicas, se arrastra desde que entró en crisis el mercado de la construcción en los EEUU, a mediados del 2006. Las exportaciones pasaron de los U$S 65 millones en el 2007 a los 47 millones de este año; una brecha que no sería tan grave si no fuera porque el 80% de los embarques correspondieron a Alto Paraná, el gran jugador del sector. Mientras que las ventas al mercado interno se resintieron, según los rubros, entre 10 y 15% en promedio.
En este marco muchas pequeñas empresas, sobre todo misioneras, han debido ajustar sus dotaciones de personal, situación que en la Federación confían remediar con el estado de emergencia declarado para las dos primeras etapas de transformación del sector y la recuperación del mercado interno dentro de unos meses.
“Creemos que vamos a tener un primer semestre del 2009 difícil, pero confiamos en que nos vendrá muy bien el plan de construcción de obras públicas y viviendas, que va a estimular la demanda de encofrados, muebles y otras manufacturas de la madera”, dice Reyna.
Julio Barbieri, presidente de A.D. Barbieri, una empresa que fabrica perfiles de acero, con una facturación anual de $ 95 millones anuales, que la posiciona por encima de la categoría de Pyme, también descuenta el efecto positivo que tendrá para la firma el empuje a la obra pública y espera “nuevas oportunidades de exportación, a pesar de la recesión” que afecta a algunos mercados.
Por su parte Miguel Angel Conde, gerente de San Diego, una productora de mecanizados de Santa Fe, que pertenece a Propymes, el programa de la cadena de valor de Techint, considera que “las medidas de gobierno no son eficientes tomadas individualmente. Pero pueden ser beneficiosas como paquete o en conjunto. Personalmente me gusta mucho la línea crediticia para bienes de capital del Banco Nación”.
El empresario se refiere al convenio firmado recientemente entre esa entidad financiera y ADIMRA (Asociación de Industriales Metalúrgicos), a través del cual el Nación financia la adquisición de bienes de capital local a compradores del exterior. El acuerdo, que de alguna forma pasó desapercibido en la maraña de anuncios, prevé además la suspensión del financiamiento de la importación de esos bienes, a excepción de aquellos que no se produzcan en el país.
La importación, muchas veces a precios desleales y en otros casos de bienes usados, es la gran preocupación del sector productor de máquinas-herramientas en el país.
De hecho en los primeros 9 meses del año, las compras en el exterior crecieron 54%, frente al 15% que aumentó la producción, 30,4% que se incrementaron las exportaciones y 49,3% que subió el consumo aparente.
“Este año el sector ha trabajado a dos velocidades. Hasta setiembre bastante bien y a partir de octubre se notó una disminución en las ordenes de compra. Ojo: no es un problema de liquidez. Los empresarios dicen que tienen la plata para comprar las máquinas, pero que prefieren esperar un poco”, dice Alberto Amato, economista jefe de AAFMHA.
El otro tema que interesa a esta industria es la renovación del bono fiscal del Decreto 379, que compensa con un 14% a los fabricantes de bienes de capital locales por el 0% de arancel que rige para la importación de esos bienes. Si bien no hay información oficial al respecto, fuentes de ADIMRA, cercanas a la negociación con la secretaría de Industria, aseguraron que la prórroga del beneficio, que vence el 31 de diciembre, ya fue aceptada.
Silvio Cechet recuerda que la percepción del bono sólo beneficia al fabricante que compite con un productor chino, razón por la cual, el sector reclama medidas de mayor impacto competitivo.
“Si no es una devaluación, tienen que ser medidas de efecto equivalente: una rebaja importante en las retenciones a las exportaciones, que son del 5% y agilizar los reintegros del 6%. Pero si mañana me dicen de eliminar los dos, personalmente yo lo acepto”.
Lo estructural
De menor tamaño y focalizadas en el mercado interno, las empresas nucleadas en APYME (Asamblea de las Pequeñas y Medianas Empresas) advierten que las medidas de Gobierno están en la buena senda, pero no resuelven los problemas estructurales de las Pymes.
“Para muchos de nosotros el único crédito posible es el descubierto, pero nos piden tasas del 50% sin acuerdo y 30% con acuerdo. Y esto es para los que podemos pisar un banco, leáse, los que tenemos los balances en forma”, dice Francisco Dos Reis, presidente de APYME.
El empresario da en la tecla en una de las causas que explican por qué buena parte de las Pymes no acceden al crédito bancario: la imposibilidad de exhibir la información requerida, por deudas impositivas o previsionales no saldadas, o simplemente por no poder pagarle a un contador por un balance.
Una carencia que probablemente se acentúe si se agrava la situación de las ventas o sea que las medidas de Gobierno de las últimas semanas no tengan el efecto que espera la mayoría de los empresarios.