El millonario ruso Mijail Prokhorov compró en agosto del 2008 la mansión más cara del mundo por 300 millones de euros. Se trata de Villa Leopolda, una construcción con vistas al mar Mediterráneo situada cerca de la ciudad de Niza y cuya construcción data de principios del siglo pasado.

En 1900, el por entonces rey de Bélgica, Leopoldo II, compró el terreno sobre el que se asienta hoy la mansión que fuera convertida en hospital en 1915. En 1950, la propiedad pasó a manos privadas.

Ahora desea renunciar a la compra de la villa porque está en conflicto con su dueña, la viuda del empresario Edmond Safra, Lilly Safra. Quiere recuperar 50 millones de euros que le deben de depósito y aún no le entregaron. A raíz de ese dinero adeudado, Prokhorov quiere deshacer el negocio. Én todos lados se cuecen habas.

Prokhorov, a quien se atribuye una fortuna de 13 500 millones de euros , la fortuna 24 según Forbes habría invertido estos 300 millones de euros, una inversión del 2,2% de su renta para lograr la adquisición de Villa Leopolda, una mansión instalada en un jardín de ocho hectáreas en la Costa Azul.

Los 300 millones constituyen una cifra récord, pues según la revista estadounidense 'Forbes', la precedente compra del bien inmobiliario más caro del mundo asciende a 148 millones de euros. Ese fue el precio que se pagó hace cuatro años por un apartamento londinense situado entre el número 10 de Downing Street y el Palacio de Buckingham.

Prokhorov ha construido su renta en la industria de la explotación y la transformación de elementos químicos al frente de la empresa rusa Norlisk Kickel, el mayor productor de Níkel y Paladio del mundo.

"Los rusos tienen dinero y se divierten", asegura experto en el mercado inmobiliario consultado por el diario galo. "Uno de ellos ha pagado 30 millones por una villa cuyo precio era de 15", asegura a 'Le Monde' otro experto en transacciones inmobiliarias en la Costa Azul.