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Se esperan más bajas en los precios de granos
2 de mayo de 2008
Por Alejandro Ramírez, analista agropecuario.
A partir del momento en que se generó el conflicto entre el gobierno y el campo argentino, hemos sido testigos de cómo los valores de los principales granos y subproductos comenzaron un claro camino descendentes.
En el caso del trigo, cereal buscado y consumido por todos los países del mundo, y que muchos analistas indicaban como que estaba inserto en un pandemonium difícil de sobrellevar, tuvo bajas de hasta 90 dólares por toneladas sobre un valor de 380 dólares por tonelada. Esto representa una caída de un 24% en los últimos 30 días.
Irónicamente, uno de los principales reclamos del sector agropecuario es que los productores argentinos no pueden cobrar un valor real de acuerdo a la paridad internacional, dejando de percibir hasta 100 dólares por tonelada de diferencia. Esto vino ocurriendo en las dos últimas cosechas. Los precios internacionales “volaban” y los valores internos del cereal no reflejaban dicha firmeza. Pero a medida que fue pasando el tiempo y se produjo la reversión de las cotizaciones de este mercado, el reclamo comienza a diluirse solo por efectos de los vaivenes internacionales de los valores.
Así es que hoy los precios que pagan los molinos harineros están bastante cercanos a una supuesta real cotización del trigo. Desde el aspecto de los precios que pagarían los exportadores para la cosecha 2007/08, no existe ninguna posibilidad de sostenimiento de los mismos, ni que se acerquen a una cotización de paridad internacional, ya que la apertura de los registros de exportación serán cuotificados y sin sobrepasar el millón de toneladas. Recordemos que las firmas exportadoras ya tienen compradas 1,8 millones de toneladas.
Al no poder vender al extranjero más de 1 millón de toneladas, le quedarán de excedente 800 mil toneladas de trigo que tendrán que volcar al consumo interno, generando una baja de precios notable. Esta situación será bienvenida por los industriales molineros y lógicamente por las autoridades del gobierno nacional. Los primeros porque comprarán el trigo más barato, y el gobierno porque se garantizaría que no haya aumentos en las harinas, pan y fideos.
Muchos se preguntan porque los valores internacionales bajan, cuando hasta hace 3 meses se decía que no había trigo, que el mundo necesita el noble cereal, que terminaríamos comiendo pan hecho con harina de centeno. Y la explicación es muy sencilla. Como ocurre año a año, cuando un grano sube mucho sus cotizaciones y estas son ocasionadas por falta de oferta, los países productores hacen lo necesario para que se aumente el área sembrada con dicho producto, para poder tener ganancias extras por esa bonanza de precios.
Así es como está ocurriendo que Canadá aumenta su área en un 25%, la Unión Europea un 15% y Australia casi un 50%. En tanto, nuestros vecinos cariocas, que todavía no llegan al autoabastecimiento, y que tienen que comprar todos los años más de 6 millones de toneladas (en circunstancias normales, a la Argentina), este año tomaron las medidas necesarias, políticas y económicas, como para que en la cosecha 2009 tengan un aumento de producción de más de un 22%.
Por todo esto es que los precios actuales tienen una clara tendencia negativa. ¿Y lo que ocurra en la Argentina con la siembra de trigo para el ciclo 2009 no importa? Por lo visto no. Que baje la siembra de trigo en nuestro país un 5%, para los analistas no es representativo de ninguna preocupación, ya que el mundo lentamente se va habituando a los incumplimientos y falta de seriedad demostrada por nuestro país en lo que respecta a los contratos internacionales. Si la Argentina produce más o menos trigo, no influye en los balances de oferta y demanda mundial, porque no nos consideran para nada confiables, como oferentes internacionales.
Sigue bajando el valor del trigo, y los productores argentinos tendrán que buscar algún otro frente de reclamo hacia el gobierno, ya que los valores internos están muy cerca de llegar a ser los de paridad internacional. Y todo esto ocurrió, por solamente dejar pasar el tiempo. ¿Esto habrá sido una estrategia oficial?
A partir del momento en que se generó el conflicto entre el gobierno y el campo argentino, hemos sido testigos de cómo los valores de los principales granos y subproductos comenzaron un claro camino descendentes.
En el caso del trigo, cereal buscado y consumido por todos los países del mundo, y que muchos analistas indicaban como que estaba inserto en un pandemonium difícil de sobrellevar, tuvo bajas de hasta 90 dólares por toneladas sobre un valor de 380 dólares por tonelada. Esto representa una caída de un 24% en los últimos 30 días.
Irónicamente, uno de los principales reclamos del sector agropecuario es que los productores argentinos no pueden cobrar un valor real de acuerdo a la paridad internacional, dejando de percibir hasta 100 dólares por tonelada de diferencia. Esto vino ocurriendo en las dos últimas cosechas. Los precios internacionales “volaban” y los valores internos del cereal no reflejaban dicha firmeza. Pero a medida que fue pasando el tiempo y se produjo la reversión de las cotizaciones de este mercado, el reclamo comienza a diluirse solo por efectos de los vaivenes internacionales de los valores.
Así es que hoy los precios que pagan los molinos harineros están bastante cercanos a una supuesta real cotización del trigo. Desde el aspecto de los precios que pagarían los exportadores para la cosecha 2007/08, no existe ninguna posibilidad de sostenimiento de los mismos, ni que se acerquen a una cotización de paridad internacional, ya que la apertura de los registros de exportación serán cuotificados y sin sobrepasar el millón de toneladas. Recordemos que las firmas exportadoras ya tienen compradas 1,8 millones de toneladas.
Al no poder vender al extranjero más de 1 millón de toneladas, le quedarán de excedente 800 mil toneladas de trigo que tendrán que volcar al consumo interno, generando una baja de precios notable. Esta situación será bienvenida por los industriales molineros y lógicamente por las autoridades del gobierno nacional. Los primeros porque comprarán el trigo más barato, y el gobierno porque se garantizaría que no haya aumentos en las harinas, pan y fideos.
Muchos se preguntan porque los valores internacionales bajan, cuando hasta hace 3 meses se decía que no había trigo, que el mundo necesita el noble cereal, que terminaríamos comiendo pan hecho con harina de centeno. Y la explicación es muy sencilla. Como ocurre año a año, cuando un grano sube mucho sus cotizaciones y estas son ocasionadas por falta de oferta, los países productores hacen lo necesario para que se aumente el área sembrada con dicho producto, para poder tener ganancias extras por esa bonanza de precios.
Así es como está ocurriendo que Canadá aumenta su área en un 25%, la Unión Europea un 15% y Australia casi un 50%. En tanto, nuestros vecinos cariocas, que todavía no llegan al autoabastecimiento, y que tienen que comprar todos los años más de 6 millones de toneladas (en circunstancias normales, a la Argentina), este año tomaron las medidas necesarias, políticas y económicas, como para que en la cosecha 2009 tengan un aumento de producción de más de un 22%.
Por todo esto es que los precios actuales tienen una clara tendencia negativa. ¿Y lo que ocurra en la Argentina con la siembra de trigo para el ciclo 2009 no importa? Por lo visto no. Que baje la siembra de trigo en nuestro país un 5%, para los analistas no es representativo de ninguna preocupación, ya que el mundo lentamente se va habituando a los incumplimientos y falta de seriedad demostrada por nuestro país en lo que respecta a los contratos internacionales. Si la Argentina produce más o menos trigo, no influye en los balances de oferta y demanda mundial, porque no nos consideran para nada confiables, como oferentes internacionales.
Sigue bajando el valor del trigo, y los productores argentinos tendrán que buscar algún otro frente de reclamo hacia el gobierno, ya que los valores internos están muy cerca de llegar a ser los de paridad internacional. Y todo esto ocurrió, por solamente dejar pasar el tiempo. ¿Esto habrá sido una estrategia oficial?