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Preocupación por posibles ajustes tarifarios
1 de junio de 2006
Cerrado el tema de salarios, el precio de la energía se encamina a ser el próximo dolor de cabeza para los pequeños y medianos empresarios productores de manufacturas. Así lo manifiestan dirigentes de diversos sectores, preocupados por los ajustes tarifarios que podrían tener lugar en las próximas semanas.
Allí descuentan un aumento de la energía eléctrica no menor al 15% para la mayor parte de las empresas, un retoque que, aseguran, impactará en los costos de producción.
El tema ha sido motivo de reuniones al más alto nivel de cámaras empresarias, algunas de las cuales han llegado a implementar departamentos de estudios energéticos.
También hay reuniones habituales con funcionarios de los entes reguladores - Enre y Enargas - que claramente están ‘condicionando’ la opinión de los hombres de negocios.
Según un alto dirigente empresario, “en este tema predomina radio-pasillo: un día se dice que el Presidente llevará a España la decisión de incrementar la tarifa de los altos consumos de electricidad y al rato se puede escuchar que no habrán aumentos hasta el 2007. Pero lo concreto es que Edelap aumentó los precios para el área de La Plata y Gran La Plata y que hay una especie de compromiso del Gobierno para que los precios locales de la energía converjan hacia los internacionales antes de que finalice este año. A todo esto el reajuste tarifario en gas viene bastante más atrasado que en electricidad, pero no hay que olvidar que se va a duplicar el precio del gas boliviano que entra al país” .
A su vez el ingeniero Carlos Conti, titular de Cadena de Valor Consultora de Negocios y asesor de Pymes, afirma que “el tema de los incrementos en las tarifas es preocupante en función de los controles de precios que se han establecido, pero también por la falta de seguridad sobre la existencia de electricidad y gas necesarios para hacer funcionar las empresas. O sea que la ausencia de inversiones en infraestructura energética de todo tipo puede ser un serio limitador en el futuro crecimiento industrial”.
En general los empresarios acuerdan con esta línea de razonamiento. De allí que admitan que es necesaria una recomposición tarifaria, pero sugieren una suerte de ‘redistribución del esfuerzo’.
Efecto sobre precios
Según el Observatorio Pyme, el aumento de los costos de producción es el principal problema para el 21% de las Pymes industriales, siendo esta la única de las seis mayores preocupaciones, que crece en forma ininterrumpida en los últimos años.
Con todo, vale aclarar que la estructura de costos difiere según la actividad de cada empresa. En muchos sectores la participación de salarios y materias primas sumados alcanza al 90% de los costos; pero en otros, el gasto de energía llega a representar el 30% de los costos de producción, dicen los técnicos.
En estos casos aparece un factor de irritación adicional que tiene que ver con las reglas de juego del mercado energético. Como las empresas pagan por una potencia que no siempre usan, el gasto complica aún más el cierre de las cuentas cuando cae la demanda y se deben reducen turnos laborales o cuando la firma cierra por vacaciones.
No hay dudas que la inmensa mayoría de las Pymes industriales será alcanzada por los incrementos tarifarios en danza.
En el departamento de Energía de ADIMRA (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la R.A.) afirman que las tarifas que serán ajustadas son las conocidas bajo la denominación T2, correspondiente a una potencia instalada de entre 10 y 50 Kw y T3, superiores a 50 Kw .
Según los cuadros tarifarios que obran en poder de ese departamento, tanto Edesur como Edenor cobran en la actualidad un cargo fijo de 8,29 pesos / Kw/mes, mientras que en Edelap el cargo alcanza a 10,91 pesos /Kw/mes.
“El aumento de Edelap entró en vigencia el 1 de abril y está compuesto por un aporte voluntario para financiar nuevas obras de energía y un ajuste tarifario, que creemos va a impactar en los costos del próximo mes. Las dificultades para trasladar a precios están vinculadas básicamente al acuerdo de precios. Sin embargo debe entenderse que cuando se trabaja a pérdida se hace necesario revisar cualquier acuerdo”, dice Mario Turkenich, presidente de la Federación Económica de La Plata.
Otras fuentes aseguran que aquellas empresas que enfrentan dificultades para trasladar los aumentos a precios, son las que más resisten el ajuste en los valores de la energía.
Aunque esto signifique ‘hilar fino’ y no hay margen para generalizaciones, podría decirse que algunas industrias ‘energía intensivas’, proveedoras de otras empresas no tendrían mayores problemas en recargar sus precios de venta. De acuerdo a la información suministrada en esta lista figuran por ejemplo las industrias vinculadas a ferro-aleaciones, fundiciones, productores de alambres recubiertos y fabricantes de vidrios.
Distinto es el panorama de aquellos sectores que siendo también fuertes demandantes de energía, están más cerca del consumidor final. Fabricantes de tornillos o de alimentos envasados al vacío, son ejemplos de empresas que no tendrían muchas posibilidades de trasladar a precios, ya sea por acuerdos de control de inflación o para no perder mercado.
Impacto sobre la competitividad
Jorge Cavanna, vicepresidente de la Cámara de Argentina de Industrias Electromecánicas, asegura que en su sector el costo energético tiene una incidencia del orden del 5% en los costos totales, pero aún así preocupa seriamente cualquier retoque tarifario, porque afectará la competitividad.
”Los Pymes que exportamos encontramos clientes del exterior que pueden entender, pero la competencia existe y también trata de ser eficiente. Nosotros enfrentamos aumentos del cobre, del acero inoxidable y otros commodities, y si a eso se le agregan los aumentos en el costo laboral y energético, se hace difícil competir en el exterior donde el que regula es el mercado”, dice el empresario.
La situación también se complica para una industria orientada al mercado interno como la molinera a pesar de que el consumo per cápita de harina llegó al récord de 100 kg por año.
Pablo Vitale asesor en temas energéticos de la Asociación de Pequeñas Industrias Molineras de la República Argentina (APYMMRA) afirma que todos estos aumentos impactan en forma considerable en los costos de producción y en consecuencia sobre la competitividad.
“No es lógico que la industria esté soportando el costo de la energía y si bien estamos de acuerdo en la necesidad de una tarifa social, no es posible que todo el país pague más de televisión por cable que de energía eléctrica en su domicilio”, dice Vitale.