La venta de los tradicionales brezel alemanes, un panecillo salado con forma de lazo, se ha disparado estos días en la panadería de la familia del seleccionador alemán de fútbol, Juergen Klinsmann.

"Ahora vienen montones de personas de fuera sólo para comprar un brezel de los Klinsmann", dijo la cuñada del entrenador, Baerbel Klinsmann.

A la pregunta de si está orgullosa de trabajar en la "panadería del seleccionador nacional", la mujer contestó: "Estoy orgullosa de mi marido (hermano del técnico), que lleva tan bien el negocio".

Por el momento, la familia no tiene previsto acudir a los partidos del Mundial, aunque no lo descarta si el equipo alemán sale adelante en el campeonato, según Baerbel Klinsmann.

La cuñada del seleccionador dijo que en cualquier caso la primera en ir al estadio será la madre de Klinsmann.