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Eutonía: contra el estrés y otros males de este tiempo
15 de marzo de 2007
La eutonía es una disciplina que invita a observar la estrecha relación que existe entre la postura corporal, el estado emocional y la manera de interactuar con el entorno, para reconocer los patrones de comportamiento perjudiciales y modificarlos.
Esta conciencia observadora ayuda a configurar un mapa físico y mental que sirve de guía hacia un estado más saludable y armonioso. Una alternativa eficaz para cuando se cree no tener salida.
Para el 20 por ciento de la población argentina, la vuelta al trabajo y a otras actividades regulares es una cuesta empinada este año. El cuerpo y el ánimo no están listos para la acción; la gente manifiesta desgano, trastornos del sueño, contracturas. En los hospitales y otros centros de asistencia pública de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma, casi el 50% de las consultas realizadas el último año se relacionaron con cuadros de ansiedad o depresión de intensidad variable. Taquicardia, sudoración excesiva, problemas gastrointestinales y riesgo aumentado de padecer infarto de miocardio engrosan la lista de dolencias. Son síntomas del estrés, la palabra que nombra a la dificultad de adaptación psico-física a las circunstancias. Un problema que la ciencia hoy define como “la epidemia del siglo XXI”.
El pronóstico del tiempo que nos toca vivir no da señales de mejoría. ¿Será posible, entonces, mejorar las condiciones personales para sobrellevar las circunstancias? La respuesta, además del abordaje médico, puede estar en la eutonía, una disciplina creada por Gerda Alexander en la Europa de entre guerras, que invita a observar la estrecha relación que existe entre las actitudes posturales, los estados emocionales y la manera de interactuar con el entorno, para reconocer los patrones de comportamiento y modificarlos, como forma de alcanzar un estado de buena salud y armonía.
La palabra eutonía expresa la idea de una tonicidad muscular equilibrada, en adaptación constante, y ajustada al estado emocional del individuo o a la actividad que éste realiza en un momento determinado. Alejandro Odessky, médico y director de la Escuela Argentina de Eutonía, aporta información desde la perspectiva de su formación y de su práctica como eutonista: “El tono neuromuscular tiene la función de preparar al cuerpo para la acción. Ante las situaciones que se vivencian como amenazas, la respuesta habitual suele ser la contractura, un mecanismo defensivo de tensión crónica que al quedar instalado en el tiempo como actitud puede generar trastornos en la irrigación sanguínea, trastornos metabólicos locales y tendencia a sufrir procesos articulares degenerativos osteoarticulares –como discopatías y hernia de disco–. Pero también se manifiesta a nivel neurovegetativo pudiendo interferir en la vida vegetativa en cualquiera de los sistemas (respiratorio, cardíaco, digestivo, etc) y desde lo anímico como la tendencia a la depresión o a la ansiedad”.
Nadie está exento de atravesar por situaciones de estrés; el tema es cómo afrontarlas para evitar que éstas condicionen el desarrollo vital. La eutonía permite abordar la situación del estrés, a la que puede estar ingresando o de la que puede estar saliendo un sujeto, mediante prácticas que lo ayudan a desarrollar la capacidad de auto-observarse y de comprender este proceso de manera dinámica.
Así, desde la eutonía, se podrán registrar los matices que presentan las diferentes situaciones o estímulos estresantes, de largo o corto plazo, con la posibilidad de detectar las áreas afectadas y modificar la activación de los sistemas adaptativos como estrategia para influir en el sistema general, en tanto totalidad. Dado que existe un vínculo estrecho entre tensión corporal y emocional, al equilibrar la carga de tensión se experimenta un estado general más placentero.
En palabras de Berta Vishnivetz, discípula de Gerda Alexander e introductora de la Eutonía en la Argentina: “El aumento gradual y continuo de la conciencia corporal, resultado del trabajo de eutonía, lleva a la persona a rever sus actos, la intencionalidad y la manera de pensarlos. Esta revisión tan elemental y personal abre la posibilidad de encontrar un camino para conocerse más y llegar a ser uno mismo”.
La experiencia se da a través de instancias complementarias: clases grupales y sesiones individuales en donde se vivencian los principios de la eutonía que son::
- Conciencia de la piel
- Conciencia de los huesos
- Conciencia del espacio interno (experiencia del volumen del cuerpo), contacto consciente (conciencia del campo bioelectromagnético), transporte (despertar de los reflejos de enderezamiento), repoussé (uso de la fuerza), movimiento eutónico, la incorporación de técnicas que permiten evaluar la flexibilidad muscular y la movilidad de las articulaciones para reconocer:
• Los patrones habituales de movimiento y reacción.
• El modo en que se distribuyen las tensiones
• El estado de las funciones neurovegetativas y de los tejidos influidos por ellas.
• Las reacciones de los distintos tejidos y órganos frente a las fluctuaciones tónicas
La formación en esta especialidad cuenta con reconocimiento oficial (A 1412) y se dicta en la Escuela Argentina de Eutonía, en la sede de Montañeses 1997, Ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra abierta la inscripción para el ciclo lectivo 2007. La carrera de eutonista tiene una duración de 3 años, y los aspirantes deben contar con título secundario.
Esta conciencia observadora ayuda a configurar un mapa físico y mental que sirve de guía hacia un estado más saludable y armonioso. Una alternativa eficaz para cuando se cree no tener salida.
Para el 20 por ciento de la población argentina, la vuelta al trabajo y a otras actividades regulares es una cuesta empinada este año. El cuerpo y el ánimo no están listos para la acción; la gente manifiesta desgano, trastornos del sueño, contracturas. En los hospitales y otros centros de asistencia pública de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma, casi el 50% de las consultas realizadas el último año se relacionaron con cuadros de ansiedad o depresión de intensidad variable. Taquicardia, sudoración excesiva, problemas gastrointestinales y riesgo aumentado de padecer infarto de miocardio engrosan la lista de dolencias. Son síntomas del estrés, la palabra que nombra a la dificultad de adaptación psico-física a las circunstancias. Un problema que la ciencia hoy define como “la epidemia del siglo XXI”.
El pronóstico del tiempo que nos toca vivir no da señales de mejoría. ¿Será posible, entonces, mejorar las condiciones personales para sobrellevar las circunstancias? La respuesta, además del abordaje médico, puede estar en la eutonía, una disciplina creada por Gerda Alexander en la Europa de entre guerras, que invita a observar la estrecha relación que existe entre las actitudes posturales, los estados emocionales y la manera de interactuar con el entorno, para reconocer los patrones de comportamiento y modificarlos, como forma de alcanzar un estado de buena salud y armonía.
La palabra eutonía expresa la idea de una tonicidad muscular equilibrada, en adaptación constante, y ajustada al estado emocional del individuo o a la actividad que éste realiza en un momento determinado. Alejandro Odessky, médico y director de la Escuela Argentina de Eutonía, aporta información desde la perspectiva de su formación y de su práctica como eutonista: “El tono neuromuscular tiene la función de preparar al cuerpo para la acción. Ante las situaciones que se vivencian como amenazas, la respuesta habitual suele ser la contractura, un mecanismo defensivo de tensión crónica que al quedar instalado en el tiempo como actitud puede generar trastornos en la irrigación sanguínea, trastornos metabólicos locales y tendencia a sufrir procesos articulares degenerativos osteoarticulares –como discopatías y hernia de disco–. Pero también se manifiesta a nivel neurovegetativo pudiendo interferir en la vida vegetativa en cualquiera de los sistemas (respiratorio, cardíaco, digestivo, etc) y desde lo anímico como la tendencia a la depresión o a la ansiedad”.
Nadie está exento de atravesar por situaciones de estrés; el tema es cómo afrontarlas para evitar que éstas condicionen el desarrollo vital. La eutonía permite abordar la situación del estrés, a la que puede estar ingresando o de la que puede estar saliendo un sujeto, mediante prácticas que lo ayudan a desarrollar la capacidad de auto-observarse y de comprender este proceso de manera dinámica.
Así, desde la eutonía, se podrán registrar los matices que presentan las diferentes situaciones o estímulos estresantes, de largo o corto plazo, con la posibilidad de detectar las áreas afectadas y modificar la activación de los sistemas adaptativos como estrategia para influir en el sistema general, en tanto totalidad. Dado que existe un vínculo estrecho entre tensión corporal y emocional, al equilibrar la carga de tensión se experimenta un estado general más placentero.
En palabras de Berta Vishnivetz, discípula de Gerda Alexander e introductora de la Eutonía en la Argentina: “El aumento gradual y continuo de la conciencia corporal, resultado del trabajo de eutonía, lleva a la persona a rever sus actos, la intencionalidad y la manera de pensarlos. Esta revisión tan elemental y personal abre la posibilidad de encontrar un camino para conocerse más y llegar a ser uno mismo”.
La experiencia se da a través de instancias complementarias: clases grupales y sesiones individuales en donde se vivencian los principios de la eutonía que son::
- Conciencia de la piel
- Conciencia de los huesos
- Conciencia del espacio interno (experiencia del volumen del cuerpo), contacto consciente (conciencia del campo bioelectromagnético), transporte (despertar de los reflejos de enderezamiento), repoussé (uso de la fuerza), movimiento eutónico, la incorporación de técnicas que permiten evaluar la flexibilidad muscular y la movilidad de las articulaciones para reconocer:
• Los patrones habituales de movimiento y reacción.
• El modo en que se distribuyen las tensiones
• El estado de las funciones neurovegetativas y de los tejidos influidos por ellas.
• Las reacciones de los distintos tejidos y órganos frente a las fluctuaciones tónicas
La formación en esta especialidad cuenta con reconocimiento oficial (A 1412) y se dicta en la Escuela Argentina de Eutonía, en la sede de Montañeses 1997, Ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra abierta la inscripción para el ciclo lectivo 2007. La carrera de eutonista tiene una duración de 3 años, y los aspirantes deben contar con título secundario.