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"El turista": una película sólo para el afiche
19 de enero de 2011
La apuesta de la Sony Pictures era clara. Reunir a Angelina Jolie y a Johnny Depp, dos de los actores de Hollywood con mayor convocatoria, por carisma o por belleza, y ponerlos juntos en un afiche. Y para darle un marco a todo el asunto, sumar a un director europeo, que tuviese fama de refinado y pedirle que dirigiera una especie de filme noir, que homenajeara al cine clásico, pero lo aggiornara.
La elección recayó en el alemán Florian Henckel von Donnersmarck, un hombre que se había hecho célebre en 2004 con la sólida, pero limitada, “La vida de los otros” y que luego había desaparecido sin dejar rastros.
El resultado del experimento se llama “El turista”, una película que despierta una expectativa muy similar al tamaño de la decepción que se siente al abandonar la sala. Un filme que no termina de convencer en ninguna de sus variantes: ni como historia de amor, ni como thriller, ni como comedia. En definitiva, un experimento fallido.
Pero vayamos por partes. La cuestión arranca en París, donde la sofisticada Elise (a cargo de Angelina Jolie) es seguida de cerca por la policía, porque ha sido amante de un mega estafador prófugo de la Justicia británica y creen que es la llave para dar con su paradero. En Londres, un agente de la división Delitos Económicos (interpretado por Paul Bettany) monitorea y comanda toda la operación.
Pero a Elise le llega una nota en la que dice que debe abordar un tren rumbo a Venecia. Y una vez emprendido el viaje, debe localizar a alguien de dimensiones similares a las de su ex amante, y convencer a la policía de que ése es el hombre que están buscando.
Así llegamos al momento en que Elise hace contacto a bordo del tren con Frank (Johnny Depp), quien se presenta como un ingenuo turista norteamericano, que ha decidido recorrer Europa, mientras lee novelas de espionaje.
Digamos que hasta aquí se puede contar el argumento sin caer en indiscreciones. Quizás valga la pena agregar que al estafador prófugo lo busca no sólo la policía, sino también un cruento mafioso (Steven Berkoff), quien ha sido el principal damnificado por sus operaciones fraudulentas. Y hay que decir que, por supuesto, el filme da dos o tres vueltas de tuerca que intentan sorprender al espectador hasta el final.
Ahora bien: más allá del argumento (que no es demasiado novedoso, pero tampoco tiene problemas intrínsecos), la película no logra en ningún momento desplegar con eficacia las herramientas que ha preparado.
Angelina Jolie está linda, claro, pero su actuación es sobrecargada y su sofisticación al estilo Audrey Hepburn parece un poco exagerada. Depp, por su parte, apenas muestra en las primeras escenas algunas pinceladas de su talento, pero luego queda estancado en la medianía del filme. Está Venecia también, que parece siempre una postal. Pero ni aún su esplendor urbano puede rescatar a la película. Para colmo, la pareja protagónica no tiene la química deseada y el nivel de erotismo de la película es más bien protocolar.
Pese a todo esto, a “El turista” le ha ido medianamente bien en la taquilla internacional (aunque no tan bien como se pretendía). Sin embargo, cinematográficamente hablando, la fórmula mega estrella femenina + mega estrella masculina + paisajes idílicos + director europeo termina naufragando por falta de alma. Una pena. Con otra historia, pero sobre todo con otras intenciones, podría haber sido una película que dejara algo para recordar.
La elección recayó en el alemán Florian Henckel von Donnersmarck, un hombre que se había hecho célebre en 2004 con la sólida, pero limitada, “La vida de los otros” y que luego había desaparecido sin dejar rastros.
El resultado del experimento se llama “El turista”, una película que despierta una expectativa muy similar al tamaño de la decepción que se siente al abandonar la sala. Un filme que no termina de convencer en ninguna de sus variantes: ni como historia de amor, ni como thriller, ni como comedia. En definitiva, un experimento fallido.
Pero vayamos por partes. La cuestión arranca en París, donde la sofisticada Elise (a cargo de Angelina Jolie) es seguida de cerca por la policía, porque ha sido amante de un mega estafador prófugo de la Justicia británica y creen que es la llave para dar con su paradero. En Londres, un agente de la división Delitos Económicos (interpretado por Paul Bettany) monitorea y comanda toda la operación.
Pero a Elise le llega una nota en la que dice que debe abordar un tren rumbo a Venecia. Y una vez emprendido el viaje, debe localizar a alguien de dimensiones similares a las de su ex amante, y convencer a la policía de que ése es el hombre que están buscando.
Así llegamos al momento en que Elise hace contacto a bordo del tren con Frank (Johnny Depp), quien se presenta como un ingenuo turista norteamericano, que ha decidido recorrer Europa, mientras lee novelas de espionaje.
Digamos que hasta aquí se puede contar el argumento sin caer en indiscreciones. Quizás valga la pena agregar que al estafador prófugo lo busca no sólo la policía, sino también un cruento mafioso (Steven Berkoff), quien ha sido el principal damnificado por sus operaciones fraudulentas. Y hay que decir que, por supuesto, el filme da dos o tres vueltas de tuerca que intentan sorprender al espectador hasta el final.
Ahora bien: más allá del argumento (que no es demasiado novedoso, pero tampoco tiene problemas intrínsecos), la película no logra en ningún momento desplegar con eficacia las herramientas que ha preparado.
Angelina Jolie está linda, claro, pero su actuación es sobrecargada y su sofisticación al estilo Audrey Hepburn parece un poco exagerada. Depp, por su parte, apenas muestra en las primeras escenas algunas pinceladas de su talento, pero luego queda estancado en la medianía del filme. Está Venecia también, que parece siempre una postal. Pero ni aún su esplendor urbano puede rescatar a la película. Para colmo, la pareja protagónica no tiene la química deseada y el nivel de erotismo de la película es más bien protocolar.
Pese a todo esto, a “El turista” le ha ido medianamente bien en la taquilla internacional (aunque no tan bien como se pretendía). Sin embargo, cinematográficamente hablando, la fórmula mega estrella femenina + mega estrella masculina + paisajes idílicos + director europeo termina naufragando por falta de alma. Una pena. Con otra historia, pero sobre todo con otras intenciones, podría haber sido una película que dejara algo para recordar.