En 1999, los amantes del cine tuvimos una doble revelación cuando en una misma película descubrimos a una directora prometedora y a un escritor interesante. El filme era "Las vírgenes suicidas", su directora fue la hoy ya célebre Sofia Coppola y estaba basada en una novela de un tal Jeffrey Eugenides.

Una década más tarde, los caminos del público y de ese escritor vuelven a cruzarse en la pantalla grande, con el estreno de "Papá por accidente", una comedia romántica protagonizada por Jennifer Aniston y Jason Bateman.

Si bien puede ser enrolada en esa ambigua categoría de "comedia inteligente", el filme no tiene la amarga levedad de "Las vírgenes suicidas". Pero tampoco hay que esperar la típica comedia edulcorada que tanto le gusta a Hollywood. Es algo que está más bien a mitad de camino: ni muy convencional, ni muy innovadora.

La historia gira en torno a dos amigos, Wally y Kassie, quienes han ingresado en el terreno del afecto casi incondicional, luego de que probaran que el amor no era algo posible entre ellos. Pero esa situación comienza a cambiar cuando, apenas iniciado el filme, Kassie le comente a su amigo que tiene la intención de recurrir a un donante de semen para quedar embarazada.

El neurótico Wally intentará convencerla de que no es una buena idea, pero todo será en vano: ella está decidida a ser una madre soltera. De este modo, llegará el momento en que Kassie ofrecerá una extraña fiesta de concepción, Wally se emborrachará y todo el asunto dará una vuelta inesperada. Un accidente lleva a un Wally completamente ebrio a cambiar la muestra de semen del donante por su propio semen. Y allí, si se quiere, comienza realmente a desarrollarse la historia del filme.

El tono de "Papá por accidente" es agradable, un poco en el estilo al que nos tienen acostumbrados las mejores comedias televisivas de los Estados Unidos. Quizás la mismísima "Friends", o "Will and Grace" o "Everybody Loves Raymond" sirvan de punto de referencia como para saber de qué tipo de comedia estamos hablando.

Jennifer Aniston vuelve a hacer más o menos lo que hace siempre. Algo que, por cierto, hace muy bien. Sin tomar riesgos, es verdad. Pero con muchísimo oficio. Y Jason Bateman es un actor con un margen muy amplio de acción. Una figura que Hollywood quizás aún no se ha animado a usar en toda su potencialidad. A ellos, en roles secundarios y un poco deslucidos, se suman el gran Jeff Goldblum y Juliette Lewis.

Al concluir los 100 minutos de metraje, la sensación es ambigua. El filme no nos ha aportado nada nuevo. Ni es original, ni es demasiado profundo. Sin embargo, durante su trama ha logrado movilizar ciertas fibras íntimas, ante las cuales es difícil no emocionarse. Con herramientas convencionales, "Papá por accidente", que en inglés se llama "The Switch" (algo así como "el intercambio"), logra lo que se propone humildemente: hacer una pequeña película de amor, que puede llegar al espectador sin caer en el ridículo.