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"Se busca": asesino por naturaleza y por herencia
26 de agosto de 2008
Para evaluar una película como “Se busca” hay que tomar una balanza de precisión y sopesar allí, una por una, cada una de sus facetas, intentando ver para qué lado se inclinan los fieles. Pero ni aún así, podremos llegar a una idea clara sobre una película que es al mismo tiempo conmocionante y pueril, vertiginosa y algo pavota, entretenida e ideológicamente insostenible.
Pero vamos por partes. ¿De qué trata “Se busca”? El asunto es así. Wesley (James McAvoy) es un joven contador que vive una existencia más bien patética. Tiene un trabajo rutinario, una jefa que lo maltrata, una novia que lo engaña y un amigo que lo traiciona. Hasta que un día se le acerca Fox (Angelina Jolie), lo mete en una persecución electrizante y lo deposita en el sede de una fraternidad de selectos homicidas de todas partes del mundo.
Allí, Sloan (Morgan Freeman) intentará convencer a Wesley de que posee un don especial, de que ha heredado de su padre un talento natural para el asesinato y de que está desperdiciando su vida detrás de una computadora. Pero no se trata de matar por matar, ni de matar por dinero. Aquí los asesinatos son dictados por el “destino” y tienen una función, por decirlo de algún modo, social. Hacen al equilibrio de la sociedad.
No adelantemos mucho más. Pasemos a desglosar este extraño, cautivante y vacuo filme de acción. Empecemos por los actores. Desde ya que cualquier intervención de Angelina Jolie es bienvenida en la pantalla, donde una y otra vez vuelve a mostrar por qué se ha transformado en el centro del canon de belleza universal. En cuanto a McAvoy, hay que decir que su inesperado lanzamiento como actor de filmes de acción lo ha dejado muy bien parado. Y qué se puede decir de Morgan Freeman o de Terence Stamp. Son gente que no debe demostrar nada.
En la lista del haber de “Se busca”, habrá que colocar también el ritmo y la espectacularidad de la acción. Si bien hay ciertas escenas que nos descolocan un poco por su falta de realismo (y nos hacen extrañar, por ejemplo, la sobriedad de un Jason Bourne), también hay que destacar que las imágenes pasan a una velocidad tal y con tal efectividad, que uno se mantiene pegado al asiento.
Esto les bastará a varios para recomendar una película. Grandes actuaciones, buen ritmo, entretenimento eficaz. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, sí, se puede pedir más. Para empezar que la película no sea tan pero tan inexcusable en cuanto a su visión del mundo. No es cuestión de ponerse pesados, pero ¿elevar el homicidio a categoría de acción humanitaria? Hay que tener mucho talento para lograr eso.
Si de marcar los puntos flojos de la película se trata, también habrá que decir que hay dos o tres vueltas de tuerca que ocurren hacia el final de la trama que se ven venir con bastante anticipación. Y también debería prohibirse el abuso de ciertas posibilidades de los efectos especiales, que transforman una secuencia aceptable en un canto a la contravención de las leyes físicas.
Había quedado claro que era difícil terminar de hacer una evaluación de “Se busca”. Pero se puede decir que es otra de esas películas de acción que se disfrutan haciendo bajar bastante el umbral de resistencia a la pavada. Otro de esos filmes que se pueden ver con interés, pero sólo durante los 110 minutos que dura la película. Una vez que se encienden las luces, sus problemas estallan detrás de nuestras retinas.