Tras la aparente recuperación de los mercados internacionales, la gran pregunta de los operadores y ahorristas es qué ocurrirá esta semana con la cotización del dólar, luego de experimentar una fuerte alza para quedar al borde de los 3,30 pesos.

La administración de Cristina Kirchner parece decidida a mantener el dólar en una banda de flotación de entre 3,30 y 3,35 pesos, un precio que considera competitivo para la economía sin presionar mucho sobre los precios.

La otra virtud de esa franja de cotización es que no obligaría al Banco Central a intervenir gastando millones de reservas, como ocurrió hasta ahora, que debió echar mano de unos 1.500 millones de dólares en apenas una semana.

El Banco Central defendió su estrategia de "flotación administrada" y el jefe de la autoridad monetaria, Martín Redrado, destacó las bondades de este mecanismo que, reveló en Wahington, ya fue puesto a prueba tres veces en lo que va del 2008.

La presidenta Cristina Kirchner avala por ahora esta estrategia y, según pudo saber Noticias Argentinas, habría dado instrucciones a Redrado para no dejar escapar la divisa más allá de los 3,35 pesos, porque teme una disparada que termine en
espiral inflacionaria.

Sobre esa posición fue convencida por el propio jefe del Central, luego de que desde otros sectores del oficialismo se insinuó la idea de seguir la estrategia brasileña de dejar flotar el tipo de cambio hasta el nivel que el mercado fijara, para luego bajarlo bruscamente al deseado por el gobierno, vía uso de reservas.

Esa sería la posición de economistas más heterodoxos que siempre fueron cultores del dólar alto, como Eduardo Curia y la presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont.

En la lógica de estos especialistas, habría que dejar que el mercado llevara el dólar a 3,50 pesos, para luego bajarlo abruptamente a un nivel de 3,40 y dejarlo allí.

Pero Redrado le advirtió a la Presidenta que con los antecedentes que tiene la Argentina, esa jugada podría encerrar el peligro de que se dispararan expectativas por llevar el tipo de cambio a niveles estratosféricos, lo cual tendría un costo enorme
en reservas, a niveles que podrían superar los 3.000 millones de dólares.

Entre los operadores llamó también la atención que el BCRA hiciera trascender en Washignton que estaba dispuesto a llevar las reservas hasta los 40.000 millones de dólares, si fuera necesario, lo cual implicaría echar mano de 7.000 millones para
planchar la cotización del dólar.

Semejante afirmación sería una señal dirigida a los especuladores que se encuentran agazapados esperando la posibilidad de colocar al dólar por las nubes.

Lo concreto es que el gobierno argentino no parece dispuesto a seguir el camino brasileño, y el tiempo parece darle la razón, ya que el real se apreció este lunes con fuerza respecto del dólar.

Esto trajo cierto alivio a los industriales, que observaron con preocupación que la divisa brasileña se devaluara 30 por ciento en el último bimestre.

Desde la UIA, su presidente, Juan Carlos Lascurain, avala la posición oficial, a pesar de que varios en la central fabril, con José Ignacio de Mendiguren a la cabeza, se sentirían más cómodos como un dólar más alto.