El Gobierno y el campo volvieron a ver hoy una película distinta sobre un encuentro considerado clave, en el que no pudieron encontrar la fórmula para ponerle fin a la incertidumbre que provoca un conflicto que a esta altura tiene un final abierto.

Es que mientras los funcionarios calificaron de "fructífera" la reunión, los referentes ruralistas en principio se negaron a abandonar el Palacio de Hacienda y luego salieron directamente a manifestar su "decepción" con el resultado de la cumbre.

Durante la reunión el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aceptó comenzar a discutir el espinoso tema de las retenciones, pero comunicó a los dirigentes agropecuarios que el Gobierno recién lo haría la semana próxima y eso fastidió a sus interlocutores.

Esta situación pone ahora al acto convocado para el domingo 25 de mayo en Rosario -en inmediaciones del Monumento a la Bandera- en el centro de la escena política nacional, porque las entidades ratificaron la convocatoria a la salida de la reunión de esta
noche y esperan lograr una concurrencia masiva.

Esta nueva fricción con el campo dejó contra las cuerdas al Gobierno, porque ya de antemano corría contra reloj en un intento por arrancar un acuerdo al campo de cara al acto que la presidenta Cristina Kirchner encabezará el domingo en Salta, donde planeaba lanzar el Acuerdo del Bicentenario.

Pero todo indica que la presencia del campo en ese llamado a una gran concertación nacional brillará por su ausencia, al menos por ahora, y más si tras el resultado del encuentro redunda en un acto duro y masivo en Rosario el próximo domingo.

El tenor de ese acto paralelo puede transformarse en un gran imán para que participe todo el arco opositor, lo cual opacaría el encuentro oficialista de Salta. Las cartas están echadas y todo indica que los chacareros podrían volver a las rutas tras el acto
del domingo.