Si por estos días, los últimos partidos de las distintas zonas han conseguido el mote de "final" por su condición de definitorios, el encuentro entre Argentina e Irlanda, puede ir todavía un poco más allá. Es que si bien es un partido donde uno pasará de fase y el otro no, también tiene dos condimentos muy especiales: Francia depende de este resultado para saber su destino y el duelo entre gauchos y celtas tiene connotaciones que van más allá de la RWC.

Por ahora, ambos elencos saben lo que está en juego y las declaraciones tratan de mantenerse dentro de la cordura. Pero puertas adentro de cada concentración, los dos tienen motivos de sobra para transformar esta confrontación en el partido de sus vidas.

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Más allá de lo extradeportivo, en este tipo de torneos los números son inapelables. La frialdad matemática no entiende de merecimientos y deja bien en claro que si Argentina consigue un punto, se habrá adueñado del primer puesto de la zona. De la misma manera, Irlanda no tiene otra opción para seguir con vida que anotarle cuatro tries a Los Pumas, a quienes aún nadie les pudo marcar siquiera uno.

Argentina llega al encuentro en una mejor posición que su rival. Le ganó a Francia en el partido inaugural y repitió en los otros dos encuentros ante Georgia y Namibia. Tiene la lesión de Juan Manuel Leguizamón, pero recuperó a Gonzalo Longo Elías en la tercera línea. Del otro lado, Irlanda, perdió con Francia y ganó los dos restantes, pero el golpe más duro lo recibió con la afección de Simon Best, con una enfermedad que podría ser cardiáca. En su lugar entrará Jerry Flannery de titular y Rory Best (hermano de Simon) será su suplente .

Por último, la denominada "zona de la muerte" no se termina en los partidos de clasificación porque, como si fuera poco que se enfrenten el número cuatro, cinco y seis del Ranking IRB (Argentina, Francia, Irlanda), el que quede segundo en el grupo deberá enfrentar a los All Blacks en Cardiff. Este dato también aparece en las cabezas de los protagonistas.

De palabras, historia y estrategia

Las declaraciones de los protagonistas refieren a la contienda en su magnitud, pero evidentemente la última palabra se dará en el Parque de los Príncipes, ante más de 47 mil personas.

''No estamos jugando bien, es tan simple como eso", reconoció el segunda línea celta Paul O'Connell; mientras que Agustín Pichot, el capitán argentino, le quitó dramatismo a la situación al decir: "Los nervios y la tensión previa se disfrutan".
Lo cierto es que Argentina eliminó a Irlanda en el Mundial de Gales de 1999 donde soportó un prolongado tiempo extra defendiendo su in goal; y los europeos devolvieron la gentileza en la Copa de Australia en 2003 con un drop de Ronan O'Gara sobre la hora. Hay varios sobrevivientes de esas contiendas y muchos de los jugadores de ambos países se cruzan en los torneos europeos, alimentando una rivalidad que ha crecido con el paso del tiempo.

Pero todo se reduce a 80 minutos de juego. Argentina intentará repetir su buena defensa, el juego agrupado y los buenos resultados de la patada a cargar. Irlanda lanzará sus ataques desde su principal plataforma, el line, y apostará todo al pie de O'Gara y la pareja de centros que conforman O'Driscoll y D'Arcy. Todas teorías, que le quitan el sueño a dos países cuyo destino está empecinado en cruzarse en los momentos definitivos.