Los economistas argentinos se preguntan cuál es el "punto de no retorno" para la inflación, aquel umbral a partir del cual los precios tienden a acelerarse, con expectativas que se retroalimentan.

La respuesta es el 20%.

"La inflación en la Argentina, arriba de 1% mensual, empieza a ser tapa de los diarios y arriba de 2%, arma un lío de indexación mensual", señala Fernando Navajas, economista de FIEL y profesor de la UNLP. "Hoy ya estamos en la puerta de esto último".

José Maia, un técnico reconocido por su conocimiento de estadísticas, ex funcionario de la gestión de Roberto Lavagna en el Palacio de Hacienda, situó al valor crítico en el 12%.

"Es difícil precisar un número. Hace unos meses, un 15% nos asustaba", dice Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, "hoy el problema es cómo se maneja la puja distributiva cuando nadie le cree al INDEC y el mercado de trabajo formal (sindicalizado) está cerca del pleno empleo".

Dal Poggetto marca un punto que hace a las expectativas inflacionarias de las empresas: el del pasaje a dos rondas de paritarias por año. "A eso hay que sumarle una segunda ronda de aumentos en gran parte de los servicios no regulados", explica.

La semana pasada, Lucas Llach, blogger de La Ciencia Maldita, sostuvo en una columna en el semanario El Economista: "La Argentina redujo un par de veces su inflación desde el 10%, e incluso desde el 15%. Pero pasados los 20 puntos, luego se llegó a 50 o más". Para Llach, en otras palabras, "es urgente una estabilización si no queremos volver a tasas de inflación complicadas".