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Ambientalistas protestaron frente a la pastera Botnia
Custodiados por medio millar de policías uruguayos que les retuvieron pancartas y emblemas, los argentinos llegaron en 100 vehículos. Reclamo sin violencia
2 de septiembre de 2007
En un hecho sin precedentes en el mundo, vecinos de Gualeguaychú cruzaron hoy la frontera hacia Fray Bentos para protestar en suelo uruguayo contra la presencia de la planta de Botnia en la región.
Pese a que la movilización había sido precedida por una tensa expectativa, finalmente pudo desarrollarse sin mayores inconvenientes y sin que se registraran incidentes.
"Esto demuestra que las fronteras ambientales son más extensas que las administrativas y que la cuenca del río Uruguay pertenece a los ciudadanos y no a los gobiernos o las empresas como Botnia", indicó Juan Ferrari, asambleísta de Gualeguaychú y uno de los
organizadores de la movilización transfronteriza.
Las columnas de automóviles desde Gualeguaychú hacia Fray Bentos comenzaron a movilizarse a las 8:00, pero sólo pudieron concentrarse en la ruta uruguaya de acceso a Botnia (dos mil metros de la zona de aduanas y migración) a las 12:00, por un
riguroso control de seguridad dispuesto por el Ministerio del Interior de la República Oriental.
Más de 300 automóviles lograron superar todos los trámites de rigor, y más de 200 quedaron del lado argentino para no demorar más el tránsito vehicular.
El acto de protesta se inició luego de entonar los himnos nacionales de la Argentina y Uruguay, y tras un rotundo "Fuera Botnia" que se repitió a lo largo del día, los ambientalistas de ambas orillas leyeron una proclama antes de desconcentrarse.
Al leer una proclama, los ambientalistas cuestionaron fuertemente a los presidentes de ambos países.
Una larga columna de manifestantes argentinos atravesó el puente internacional entre las ciudades de Gualeguaychú y Fray Bentos en repudio de la instalación de la planta de celulosa de la firma Botnia en la costa uruguaya del limítrofe Río Uruguay.
Después de las 9:30, el movimiento de vehículos era lento en la ruta internacional 136, a la altura del puente General San Martín, en el lugar que los ambientalistas mantienen cortado desde el 20 de noviembre de 2006.
El Ministerio del Interior de Uruguay desplegó un dispositivo de seguridad que incluyó, además de efectivos de la Aduana y de la policía de Río Negro, agentes de Montevideo y departamentos vecinos.
Todos ellos estuvieron apostados en tres cordones sucesivos de seguridad: los dos primeros dedicados al control de documentación y a la confiscación de eventuales objetos considerados peligrosos como banderas con inscripciones, pancartas y remeras con la leyenda "He dicho NO" o "Fuera Botnia", que los asambleístas tomaron como una provocación y una medida desmesurada.
Un tercer cordón de seguridad permaneció apostado en las cercanías de la planta, infranqueable.
Mientras tanto, en Fray Bentos, muchos parroquianos aprovecharon para desplegar banderas uruguayas en señal de rechazo a la protesta ambientalista.
En la frontera, personal de Aduana y de la Policía uruguaya hizo extremadamente lento el pasaje de los vecinos de Gualeguaychú por el Puente Internacional.
El enorme despliegue de control de fuerzas públicas uruguayas, que han secuestrado banderas, pancartas y calcos referidos al "No a las Papeleras", provocó que los asambleístas terminaran cortando la ruta de acceso a Fray Bentos y que el acto se demorara más de lo previsto.
De hecho, el acto iba a comenzar a las 11:30 pero las demoras en los controles lo postergó hasta las 15:00.
"Todo esto es una provocación, pero no vamos a responder, porque somos respetuosos y siempre nos hemos manifestado de manera pacífica, pese a las constantes agresiones de Botnia y del gobierno uruguayo", indicó Juan Ferrari, miembro de la Asamblea y
dirigente agrario de Gualeguaychú.
Minutos antes de las 13:00 se produjo el encuentro entre vecinos de ambas orillas, cuando arribó al lugar de la concentración una columna de fraybentinos y de Montevideo, que se sumó a la protesta contra Botnia.
La dirigencia política –gestión saliente y la entrante- de Gualeguaychú a nivel municipal, provincial y nacional se sumó a la movilización.
Todos coincidieron en señalar la necesidad de relocalizar a la planta Botnia y remarcar que la cuenca del río Uruguay "es de los ciudadanos y no de los gobiernos".
Pese a que la movilización había sido precedida por una tensa expectativa, finalmente pudo desarrollarse sin mayores inconvenientes y sin que se registraran incidentes.
"Esto demuestra que las fronteras ambientales son más extensas que las administrativas y que la cuenca del río Uruguay pertenece a los ciudadanos y no a los gobiernos o las empresas como Botnia", indicó Juan Ferrari, asambleísta de Gualeguaychú y uno de los
organizadores de la movilización transfronteriza.
Las columnas de automóviles desde Gualeguaychú hacia Fray Bentos comenzaron a movilizarse a las 8:00, pero sólo pudieron concentrarse en la ruta uruguaya de acceso a Botnia (dos mil metros de la zona de aduanas y migración) a las 12:00, por un
riguroso control de seguridad dispuesto por el Ministerio del Interior de la República Oriental.
Más de 300 automóviles lograron superar todos los trámites de rigor, y más de 200 quedaron del lado argentino para no demorar más el tránsito vehicular.
El acto de protesta se inició luego de entonar los himnos nacionales de la Argentina y Uruguay, y tras un rotundo "Fuera Botnia" que se repitió a lo largo del día, los ambientalistas de ambas orillas leyeron una proclama antes de desconcentrarse.
Al leer una proclama, los ambientalistas cuestionaron fuertemente a los presidentes de ambos países.
Una larga columna de manifestantes argentinos atravesó el puente internacional entre las ciudades de Gualeguaychú y Fray Bentos en repudio de la instalación de la planta de celulosa de la firma Botnia en la costa uruguaya del limítrofe Río Uruguay.
Después de las 9:30, el movimiento de vehículos era lento en la ruta internacional 136, a la altura del puente General San Martín, en el lugar que los ambientalistas mantienen cortado desde el 20 de noviembre de 2006.
El Ministerio del Interior de Uruguay desplegó un dispositivo de seguridad que incluyó, además de efectivos de la Aduana y de la policía de Río Negro, agentes de Montevideo y departamentos vecinos.
Todos ellos estuvieron apostados en tres cordones sucesivos de seguridad: los dos primeros dedicados al control de documentación y a la confiscación de eventuales objetos considerados peligrosos como banderas con inscripciones, pancartas y remeras con la leyenda "He dicho NO" o "Fuera Botnia", que los asambleístas tomaron como una provocación y una medida desmesurada.
Un tercer cordón de seguridad permaneció apostado en las cercanías de la planta, infranqueable.
Mientras tanto, en Fray Bentos, muchos parroquianos aprovecharon para desplegar banderas uruguayas en señal de rechazo a la protesta ambientalista.
En la frontera, personal de Aduana y de la Policía uruguaya hizo extremadamente lento el pasaje de los vecinos de Gualeguaychú por el Puente Internacional.
El enorme despliegue de control de fuerzas públicas uruguayas, que han secuestrado banderas, pancartas y calcos referidos al "No a las Papeleras", provocó que los asambleístas terminaran cortando la ruta de acceso a Fray Bentos y que el acto se demorara más de lo previsto.
De hecho, el acto iba a comenzar a las 11:30 pero las demoras en los controles lo postergó hasta las 15:00.
"Todo esto es una provocación, pero no vamos a responder, porque somos respetuosos y siempre nos hemos manifestado de manera pacífica, pese a las constantes agresiones de Botnia y del gobierno uruguayo", indicó Juan Ferrari, miembro de la Asamblea y
dirigente agrario de Gualeguaychú.
Minutos antes de las 13:00 se produjo el encuentro entre vecinos de ambas orillas, cuando arribó al lugar de la concentración una columna de fraybentinos y de Montevideo, que se sumó a la protesta contra Botnia.
La dirigencia política –gestión saliente y la entrante- de Gualeguaychú a nivel municipal, provincial y nacional se sumó a la movilización.
Todos coincidieron en señalar la necesidad de relocalizar a la planta Botnia y remarcar que la cuenca del río Uruguay "es de los ciudadanos y no de los gobiernos".