Esso vende sus activos en la Argentina. Y con eso, la mayor petrolera del mundo, ExxonMobil, se va del país.

El banco J.P. Morgan está buscando comprador. Ofrece todos los activos de la compañía, incluyendo básicamente la refinería de Campana, las 90 estaciones de servicio propias y la red de bocas franquiciadas, que superan las 500. La compañía tiene un 12% del mercado local de combustibles.

En Esso mantienen reserva sobre el tema. "No podemos confirmar ni negar esta información", respondió Tomás Hess, director de Asuntos Públicos de la petrolera. "Como práctica habitual, ExxonMobil no hace comentarios públicos sobre rumores o especulaciones", agregó.

Sin embargo, J.P.Morgan ya comenzó la ronda de contactos con potenciales interesados. El costo de la empresa podría rondar los US$ 200 millones, dijeron empresarios que están en la negociación. Es una cifra que podría parecer baja comparada con la venta del 25% de YPF al Grupo Eskenazi, que se negocia en unos US$ 3.500 millones. Pero Esso no tiene petróleo propio en el país; sólo cuenta con campos de gas en Salta y Neuquén. Además, claro, de la refinería, las estaciones de servicio, tres terminales de despacho (Campana, Bahía Blanca y San Lorenzo), una planta de lubricantes, y dos despachos de combustible aéreo.

"La idea de los norteamericanos es irse del país", dicen fuentes cercanas a la negociación. Por eso la marca Esso no está incluida en la operación. Quien compre tendrá que poner su propio nombre a las estaciones de servicio.

"Es que el ambiente local hoy no es para sajones, no hay nada que hacer", dijo uno de los petroleros de más peso en el país, al preguntarle su opinión sobre esta operación. "A ellos les cuesta demasiado trabajar con la incerteza del país", agregó.

Justamente otros sajones, los angloholandeses de Shell, hoy protagonizan una dura puja con el Gobierno, que arrancó en 2005 cuando se frustró la venta de su red de estaciones de servicio a la sociedad de PDVSA y ENARSA y continuó luego con el boicot inducido por Néstor Kirchner. Y que en estos días hace que el secretario de Comercio Guillermo Moreno pida prisión para el titular de Shell por el desabastecimiento de gasoil. Esso no está bajo los focos de Moreno, pero también enfrentó denuncias por falta de combustible.

"Es un negocio para un argentino, para alguien que pueda esperar, y tenga relaciones como para buscar un lugar en el escenario", aseguraron en uno de los grupos contactados. Es que hoy el negocio de vender combustibles no es de alta rentabilidad. Las petroleras se quejan que con la cotización actual del petróleo, no pueden comercializar nafta y gasoil a los precios del mercado interno. Aunque lo están subiendo de a centavos, "cada litro de combustible puede representar una pérdida, no una ganancia", dijo un hombre del sector.

La lista de los potenciales compradores de Esso es la habitual en este tipo de operaciones en la que una multinacional se desprende de negocios muy ligados a la regulación del Estado y que, por tanto, requieren de buena relación con el Gobierno. Incluye al banquero Jorge Brito, al dueño de los aeropuertos Eduardo Eurnekian, a Marcelo Mindlin (Edenor) y al Grupo Werthein (Telecom). Para resolver entre ellos, Esso hará una licitación entre los que confirmen estar interesados, y se venderá al mejor postor.