La derrota electoral en La Rioja, donde salió tercero, parece bajar el telón de la prolífica carrera política de Carlos Menem, uno de los dirigentes que mayores pasiones despertó entre los argentinos durante las últimas décadas.

Pese a que seguramente buscará mantenerse ligado a las esferas de poder y conservará su banca en el Congreso hasta 2011, las ambiciones del ex mandatario sufrirán un primer cimbronazo en lo inmediato con la definición de la fórmula del PJ disidente, de la que seguramente resultará relegado.

En contraposición, Alberto Rodríguez Saá salió fortalecido para encarar a partir de este lunes la puja interna de ese sector antikirchnerista, al retener la Gobernación de San Luis con más del 80 por ciento de los votos.

Menem, un "animal político" acostumbrado a las victorias tanto en su provincia como en las elecciones nacionales, debió asimilar dos derrotas en La Rioja en un par de años, asestadas por sus delfines políticos, ahora alineados con el kirchnerismo.

En las legislativas de 2005 fue postergado por Ángel Maza, aunque logró obtener una banca de senador por la minoría que conservará hasta 2011 y ahora su verdugo fue Luis Beder Herrera.

Ocho años después de haberse bajado del máximo escalón del poder y a los 77 años, Menem ahora afronta una nueva etapa con mucho color a ocaso.