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La alegría fue toda brasileña
Brasil goleó 3-0 a la Argentina y se quedó con la Copa América. La albiceleste no pudo y su última actuación en el torneo dejó una imagen deslucida
16 de julio de 2007
l seleccionado argentino de fútbol, con una racha de catorce años sin títulos, prolongó este domingo su maleficio al perder con Brasil por 3-0 la final de la Copa América Venezuela 2007, que jugó de manera impecable hasta la instancia decisiva.
Los brasileños demostraron nuevamente su templanza para jugar finales y se impusieron con goles del mediocampista Julio Baptista (3m.) y el defensor Roberto Ayala en contra (39m.) en el primer tiempo, y el ingresado Dani Alves (23m.), en el segundo período.
Como sucedió tres años atrás en la edición de Perú, Argentina perdió la final con un equipo de suplentes brasileños, después de gozar un amplio favoritismo en los pronósticos.
En efecto, Brasil revalidó el título y confirmó su hegemonía en el continente en las última década con la conquista de cuatro títulos (Bolivia 1997, Paraguay 1999, Perú 2004 y Venezuela 2007) en cinco ediciones.
Argentina jugó su peor partido en el torneo y lo pagó muy caro frente a un rival que desplegó un planteo inteligente y eficaz.
Los pentacampeones del mundo sorprendieron a los 4 minutos con la apertura del marcador en el primero de los graves desajustes defensivos del equipo de Basile.
Messi se equivocó en una entrega, la pelota derivó en Elano, Julio Baptista recibió un largo pelotazo, encaró a Ayala en el área, buscó el espacio y colocó la pelota en el ángulo superior izquierdo de Abbondanzieri.
El golpe sumergió al seleccionado "albiceleste" en una crisis de nervios, que aumentó después remate que Riquelme estrelló en el palo a los 9 minutos, en la única jugada asociada que generó el equipo en esa mitad.
Desde entonces, Argentina fue un equipo apurado en el ataque, errático en la mitad de la cancha y, fundamentalmente, muy inseguro en defensa.
Una prueba de ello sucedió a los 16 minutos cuando Maicon capturó una pelota que ningún volante rival pudo interceptar en la mitad de la cancha y ejecutó un remate rasante, sin demasiado peligro, que encontró flojas las manos de Abbondanzieri y terminó en córner.
En ese lapso, Brasil pudo estirar la ventaja ante un rival confundido que se salvó milagrosamente del segundo cuando Zanetti (17m.) despejó en la boca del arco un centro bajo de Maicon.
El sonido del samba emitido de una de las cabeceras dominaba el escenario mientras Argentina corría detrás de la pelota, siempre mejor utilizada por el rival.
Riquelme, bien anulado por Mineiro, no encontraba su lugar en la cancha; Messi -el más incisivo- no alcanzaba a penetrar su doble marca bien escalonada y Tevez peleaba sin éxito cada pelota sucia que le llegaba.
Verón, con tendencia al pelotazo, y Cambiasso, siempre con decisiones equivocadas, tampoco resultaban una opción en el desconocido equipo de Basile.
Los brasileños, aún con poca participación de Robinho, fueron muy superiores y agresivos por los costados, donde Argentina nunca tuvo contención.
Por la derecha nació el segundo gol del partido. Dani Alves, reemplazante del lesionado Elano, llegó hasta la altura del área y envió un centro que Ayala introdujo en su propio arco en el intento de despejarla.
Cinco minutos antes, Doni le había tapado el empate a Riquelme con el despeje de un disparo colocado, tras una pelota que recogió cerca del área en uno de los desprolijos ataques "albicelestes".
Argentina nunca logró recuperarse de la pesadilla del primer tiempo y apenas mostró una tímida reacción en la segunda parte pero sin comprometer el triunfo de los campeones.
En contraposición con toda la riqueza ofensiva que había desplegado hasta la final, el equipo de Basile sólo atinó y sin éxito a la pelota parada.
Paralelamente, el equipo protestaba cada fallo dividido del árbitro, que al promediar el complemento le perdonaba la vida a Javier Mascherano, amonestado en el primer período.
Basile incluyó a Pablo Aimar por Cambiasso y Luis González por Verón como último recurso para la gestación del fútbol ausente durante toda la tarde.
Los cambios no alcanzaron para conmocionar la sólida estructura defensiva de Brasil, que amenazaba con el tercer tanto en cada contraataque.
A los 24 minutos, Dani Alves concretó las insinuaciones en realidad y amplió el marcador con un derechazo cruzado, tras recibir un pase al vacío de Vágner Love.
La diferencia en el marcador y el desarrollo del juego le dio al partido categoría de baile en la recta final con un rival destruído anímicamente.
El público, en su gran mayoría junto al equipo argentino, contempló con respeto la inapelable goleada; mientras expresaba un sorpresivo silencio.
Los más optimistas cantaban "Sí, se puede" cuando al partido le restaba ocho minutos y muchos hasta festejaron un gol de Messi en una jugada que Amarilla había anulado con anterioridad.
Mientras tanto, Brasil paladeaba el campeonato con ataque relajados que ponían al rival al borde del papelón en un desenlace que ni el más fanático carioca habrá imaginado.
Argentina, que impactó con sus estrellas y el juego ofensivo hasta las semifinales, se despidió de Venezuela en ruinas con una imagen muy difícil de vincular con lo sucedido hasta la tarde fatídica de Maracaibo.
Síntesis:
Argentina: Roberto Abbondanzieri; Javier Zanetti, Roberto Ayala, Gabriel Milito y Gabriel Heinze; Juan Sebastián Verón, Javier Mascherano y Esteban Cambiasso; Juan Román Riquelme; Lionel Messi y Carlos Tevez. DT: Alfio Basile.
Brasil: Doni; Maicon, Juan, Alex y Gilberto; Elano, Mineiro, Josué y Julio Baptista; Vágner Love y Robinho. DT: Dunga.
Goles en el primer tiempo: 4m. Julio Baptista (B) y 40m. Ayala en contra (B).
Gol en el segundo tiempo: 24m. Dani Alves (B).
Cambios en el primer tiempo: 33m. Dani Alvez por Elano (B).
Cambios en el segundo tiempo: 13m. Pablo Aimar por Cambiasso (A), 22m. Luis González por Verón (A), 43m. Fernando por Wagner Love (B) y 44m. Diego por Robinho (B).
Arbitro: Carlos Amarilla (Paraguay) (regular).
Asistentes: Walter Rial (Uruguay) y Luis Sánchez (Venezuela).
Estadio: José Encarnación "Pachencho" Romero.
Público: 40 mil espectadores.