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El hemisferio sur es testigo de la visita del Cometa Verde
Este domingo se lo podrá distinguir en su máxima nitidez en el cielo argentino. Cuándo fue descubierto, cuándo pasó por última vez y su efecto .
6 de febrero de 2023
El cometa verde cruza este domingo el cielo en el Hemisferio Sur, donde los habitantes de algunos países -Argentina, entre ellos-, podrán divisarle por estas horas en su máximo grado de nitidez.
De descubrimiento reciente, este cuerpo celeste sufre un proceso de descomposición, lo que le otorga su color característico y reluciente frente al negro profundo del cielo nocturno.
A fines de enero, el cometa verde comenzó a ser visible desde la Tierra. Después de diez días en que se ofreció como espectáculo casi exclusivo para el hemisferio norte, este domingo aparece en su mejor versión para aquellos que viven al sur del Ecuador.
Sin embargo, para atraparlo de manera óptima se necesitarán herramientas especiales.
El uso de binoculares o pequeños telescopios está recomendado para quienes quieran distinguir desde el Hemisferio Sur a este fenómeno casi inédito y de características llamativas.
Su nombre oficial es C/2022 E3 (ZTF). Sin embargo, se popularizó como "cometa verde" por el color de la característica estela que dibujo a su paso en el firmamento con su cola de polvo e iones.
"Si bien el cometa es principalmente hielo de agua, está mezclado con material de la nebulosa original cuando se formó el Sistema Solar y ese material se libera al aproximarse al Sol", dijo la astrónoma argentina Beatriz García, en diálogo con Télam.
Se lo suele describir como una "bola de nieve sucia". La tonalidad verde proviene del carbono en la nube de gas ("coma") que rodea el núcleo, que se va derritiendo a medida que se acerca al Sol.
Esto también abre un marco de impredecibilidad sobre el brillo que puede alcanzar. "Las predicciones son que podría alcanzar un brillo integrado, de magnitud 5, en cuyo caso se vería porque es una magnitud que el ojo humano puede detectar", adelantó García, a fines de enero.
A medida que se acerca al Sol, aumenta su temperatura y se incrementa su brillo porque el hielo pasa directamente a un estado gaseoso. Por ahora, sin embargo, los científicos mantienen el consejo: para asegurarse una buena imagen, nada como la ayuda de dispositivos astronómicos.
De descubrimiento reciente, este cuerpo celeste sufre un proceso de descomposición, lo que le otorga su color característico y reluciente frente al negro profundo del cielo nocturno.
A fines de enero, el cometa verde comenzó a ser visible desde la Tierra. Después de diez días en que se ofreció como espectáculo casi exclusivo para el hemisferio norte, este domingo aparece en su mejor versión para aquellos que viven al sur del Ecuador.
Sin embargo, para atraparlo de manera óptima se necesitarán herramientas especiales.
El uso de binoculares o pequeños telescopios está recomendado para quienes quieran distinguir desde el Hemisferio Sur a este fenómeno casi inédito y de características llamativas.
Su nombre oficial es C/2022 E3 (ZTF). Sin embargo, se popularizó como "cometa verde" por el color de la característica estela que dibujo a su paso en el firmamento con su cola de polvo e iones.
"Si bien el cometa es principalmente hielo de agua, está mezclado con material de la nebulosa original cuando se formó el Sistema Solar y ese material se libera al aproximarse al Sol", dijo la astrónoma argentina Beatriz García, en diálogo con Télam.
Se lo suele describir como una "bola de nieve sucia". La tonalidad verde proviene del carbono en la nube de gas ("coma") que rodea el núcleo, que se va derritiendo a medida que se acerca al Sol.
Esto también abre un marco de impredecibilidad sobre el brillo que puede alcanzar. "Las predicciones son que podría alcanzar un brillo integrado, de magnitud 5, en cuyo caso se vería porque es una magnitud que el ojo humano puede detectar", adelantó García, a fines de enero.
A medida que se acerca al Sol, aumenta su temperatura y se incrementa su brillo porque el hielo pasa directamente a un estado gaseoso. Por ahora, sin embargo, los científicos mantienen el consejo: para asegurarse una buena imagen, nada como la ayuda de dispositivos astronómicos.