Numerosos heridos y al menos un centenar de detenidos es el saldo provisional de la batalla campal que protagonizaron esta tarde hinchas de Nueva Chicago y Tigre al término del partido que el equipo de victoria ganaba 2 a 1 en el barrio porteño de Mataderos.

Los primeros incidentes tuvieron lugar cuando se jugaba el tercer minuto de descuento y Tigre estaba a punto de patear un penal que el árbitro Gustavo Bassi había sancionado a su favor.

Lejos de aceptar pacíficamente la pérdida de la categoría los hinchas de Chicago invadieron el campo de juego con el objetivo de agredir a los simpatizantes del equipo de Victoria.

En la carrera desvistieron a los jugadores de su equipo, que en ese momento intentaban escapar de la cancha, previendo lo que iba a ocurrir.

A partir de ese momento, el campo de juego se convirtió en un verdadero circo romano en el que la policía poco pudo hacer para evitar los hechos de violencia.

Los simpatizantes más radicalizados del equipo de Mataderos agredieron con palos, hierros y hasta carteles publicitarios a los hinchas de Tigre que permanecieron en la tribuna visitante y respondieron a la agresión.

En tanto, en las adyacencias de la cancha numerosos coches fueron destrozados, mientras que le pelea se extendió hasta la Avenida General Paz, lo que obligó a interrumpir el tránsito en esa importante vía que comunica el Riachuelo con el Río de La Plata.

En tanto, la justicia Contravencional, a través de la Fiscalía Número 6 decidió clausurar en menos de una hora la cancha de Nueva Chicago por considerar que los dirigentes de la entidad de Mataderos se negó a acordar con la policía los términos del operativo.