Mauricio Macri sumó hoy, con un holgado triunfo en la Capital y el acceso al Gobierno de uno de los distritos más importantes del país, las condiciones que le faltaban para ubicarse en condiciones óptimas para convertirse en el líder de la oposición en la Argentina.

Sin la posibilidad de incidir de manera directa en los comicios de octubre, ya que el 10 de diciembre deberá asumir al frente del Ejecutivo porteño, Macri nacionalizó su discurso y aseguró que sus objetivos se lograrán recién cuando se produzca un cambio en toda la Argentina.

Una gran cantidad de dirigentes, sobre todo del espectro de centroderecha, quedaron a la expectativa de las decisiones que tome Macri en las próximas semanas para definir el rumbo que tomará la oposición en los comicios nacionales.

El primero es Ricardo López Murphy, quien aguarda la bendición de Macri para convertirse en el candidato de PRO para las elecciones.

Pero también Roberto Lavagna y hasta Elisa Carrió seguirán de cerca los pasos de Macri para delinear el trayecto opositor para el enfrentamiento que se dará con Néstor Kirchner o Cristina Fernández de Kirchner.

Macri, de 48 años, renovó con su trayectoria el espacio de centroderecha, al sumar a una imagen de "éxito empresario" un alto nivel de conocimiento en los sectores populares con su gestión en Boca.

Ese plus, entre otras cuestiones, marcó el éxito que nunca pudieron lograr desde la centroderecha en su momento Álvaro Alsogaray o Domingo Cavallo.