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Afganistán: dos de los argentinos residentes lograron salir del país
Todavía quedan otros dos personas argentinas que esperan salir del país, pero su vuelo previsto para este martes fue cancelado en las últimas horas
17 de agosto de 2021
Dos de los argentinos que estaban en Afganistán lograron salir, según fuentes de Cancillería que lo confirmaton a medios periodísticos.
Huyeron del país asiático, que quedó sumido en el horror luego que los talibanes volvieran a tomar el poder después de 20 años.
Se trata de Gilberto Velázquez Franco, que trabaja para la ONU y partió en un avión del organismo internacional que fue a buscar funcionarios. Además de Andrés Arévalo, piloto de una ONG también logró escapar de Kabul en avión.
Todavía esperan abandonar el país asiático Melisa Rolls y Rodolfo Yamila, que al igual que Arévalo integran una ONG. Ambos tienen pasajes para un vuelo, que está cancelado. La ONG trabaja para lograr que puedan viajar al exterior.
En tanto que Cancillería les consiguió una visa para que puedan trasladarse por tierra o por aire a Pakistán. Todos están en contacto con la embajada en ese país, que administra los asuntos de la Argentina en Afganistán.
Miles de ciudadanos y diplomáticos se agolparon en el aeropuerto internacional de Kabul en un intento desesperado por salir del país, ante la llegada de los talibanes al poder tras una ofensiva relámpago.
Hay un gran temor en Afganistán ya que muchos ciudadanos descreen del giro que manifestaron los rebeldes. De acuerdo al vocero del movimiento islamista Suhail Shaheen los insurgentes formarían un “gobierno islámico inclusivo” con otras facciones.
Los talibanes intentan mostrarse más moderados que cuando gobernaron ese país e impusieron un régimen brutal, entre 1996 y 2001. Aunque muchos ciudadanos desconfían ya que recuerdan la visión islámica ultraconservadora del grupo, que impuso restricciones y castigos a las mujeres, como lapidaciones, amputaciones y ejecuciones.
Las calles de Kabul son patrulladas en gran parte por talibanes armados. En particular en la “zona verde”, que alberga embajadas y organizaciones internacionales.
Los combatientes controlan que nadie entre a la casa de otro sin permiso. Muchos afganos permanecen en sus viviendas, después de que los rebeldes liberaran de las cárceles a miles de presos.
rob
Huyeron del país asiático, que quedó sumido en el horror luego que los talibanes volvieran a tomar el poder después de 20 años.
Se trata de Gilberto Velázquez Franco, que trabaja para la ONU y partió en un avión del organismo internacional que fue a buscar funcionarios. Además de Andrés Arévalo, piloto de una ONG también logró escapar de Kabul en avión.
Todavía esperan abandonar el país asiático Melisa Rolls y Rodolfo Yamila, que al igual que Arévalo integran una ONG. Ambos tienen pasajes para un vuelo, que está cancelado. La ONG trabaja para lograr que puedan viajar al exterior.
En tanto que Cancillería les consiguió una visa para que puedan trasladarse por tierra o por aire a Pakistán. Todos están en contacto con la embajada en ese país, que administra los asuntos de la Argentina en Afganistán.
Miles de ciudadanos y diplomáticos se agolparon en el aeropuerto internacional de Kabul en un intento desesperado por salir del país, ante la llegada de los talibanes al poder tras una ofensiva relámpago.
Hay un gran temor en Afganistán ya que muchos ciudadanos descreen del giro que manifestaron los rebeldes. De acuerdo al vocero del movimiento islamista Suhail Shaheen los insurgentes formarían un “gobierno islámico inclusivo” con otras facciones.
Los talibanes intentan mostrarse más moderados que cuando gobernaron ese país e impusieron un régimen brutal, entre 1996 y 2001. Aunque muchos ciudadanos desconfían ya que recuerdan la visión islámica ultraconservadora del grupo, que impuso restricciones y castigos a las mujeres, como lapidaciones, amputaciones y ejecuciones.
Las calles de Kabul son patrulladas en gran parte por talibanes armados. En particular en la “zona verde”, que alberga embajadas y organizaciones internacionales.
Los combatientes controlan que nadie entre a la casa de otro sin permiso. Muchos afganos permanecen en sus viviendas, después de que los rebeldes liberaran de las cárceles a miles de presos.
rob