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Los talibanes vuelven al poder en Afganistán 20 años después
Grupos insurgentes ingresaron a Kabul, la capital del país. Ya tienen bajo su control 28 de las 34 capitales provinciales. El presidente abandonó el país. Caos total
15 de agosto de 2021
20 años después de la invasión norteamericana, los talibanes volvieron a recuperar el poder en Afganistán, tras la toma de la capital, Kabul.
Afganistán está en manos del talibán, que promete que "no habrá revanchas".

"No habrá ataques a la ciudad. No va a haber ningún problema en la ciudad", anunció el Talibán.

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, abandonó este domingo el país. Se dirigió a Tayikistán, según confirmó un asesor cercano del mandatario a la cadena india WION News, sin dar más detalles.

No se sabe si estará presente en las negociaciones entre Estados Unidos, el gobierno de transición afgano y el talibán en Doha, en Qatar.

Dos comandantes ocuparon el palacio presidencial, donde esperan una transferencia del poder y no un gobierno de transición, como habían anunciado.

Los milicianos buscan frenar los saqueos a los comercios. Hay al menos 40 heridos internados en los hospitales por estos enfrentamientos .El Talibán exigía la renuncia del jefe de estado afgano, que no participará en las negociaciones en Doha, según Tolo News, la agencia afgana.

Incidentes y saqueos de comercios forzaron a los talibanes a ingresar a la ciudad por la tarde.

Los dueños de locales y en los mercados comenzaron a disparar contra los saqueadores mientras aumentaba la tensión y los extranjeros se protegían en el aeropuerto. Los peores combates son en la zona de Qarabagh, según la oficina de emergencias de Kabul. Estados Unidos controla hasta ahora la torre de control del aeropuerto de Kabul. Pero los ciudadanos estadounidenses han sido alertados de que “la situación en Kabul esta cambiando rapidamente. ”Hay disparos en el aeropuerto” y les piden que “busquen protección”.

El gobierno norteamericano ha convocado a todos los aviones militares de todo el mundo para facilitar la operación de evacuación. Los aviones comerciales no están bajando porque tienen prioridad los militares en estas horas.

Afganistán regresa a sus más oscuros años. Como si no hubieran pasado 20 años desde la ocupación occidental, el talibán llegó a la capital.

Los negociadores talibán se dirigen al palacio presidencial para preparar la transferencia de poder. Las tropas del gobierno se rindieron y centenares de soldados están recibiendo una carta de amnistía del Talibán en las ciudades donde lo combatieron. Es inminente la renuncia del presidente Ghani hacia una gobierno de transición.

Una delegación del gobierno afgano se reunirá en Qatar con los talibanes para una transición pacífica, según anunció el gobierno afgano esta mañana. El cielo de la capital afgana está atravesada por helicópteros, que evacuan la embajada norteamericana hacia el aeropuerto, la única vía de salida. Los diplomáticos norteamericanos queman documentos. Saigón otra vez, con los mismos dramas y caos.

Los guardias abandonaron la Green Zone, que protegía las residencia de los occidentales. Los afganos que trabajaron para los occidentales se sienten abandonados, mayoritariamente en el caos. El negociador del Talibán se dirige al palacio presidencial para preparar "una transferencia de poder pacíficas". Miles de afganos corren a los cajeros de los bancos a buscar su dinero y a las oficinas de visa. Veinte años después de la ocupación, el Talibán le ganó la guerra a Estados Unidos y la OTAN.

Estados Unidos y Gran Bretaña organizan una evacuación en la urgencia. Las fuerzas afganas se rindieron o se pasaron a las filas del Talibán.

Las ciudades provinciales fueron cayendo una a una. Kandahar, Herat, Mashar al Sharif y Jalalabad se rindieron, junto a sus señores de la guerra. En Herad, Ismail Khan, el señor de la guerra que defendió la ciudad y ex aliado del Talibán, ha sido detenido.

Los gobiernos occidentales se preparan para evacuar a los ciudadanos del país. Gran Bretaña envió 600 soldados. Estados Unidos decidió finalmente mandar 5.000 soldados para la evacuación y amenaza con bombardear si el Talibán amenaza los intereses americanos. Los norteamericanos han tomado control de la torre del aeropuerto. Pero este caos comenzó después de que Estados Unidos retirara sus tropas del país, en virtud de un acuerdo alcanzado el año pasado entre la administración del expresidente Donald Trump y los talibanes. Ellos prometían la paz a cambio de la retirada. Pero no cumplieron.

Una gigantesca crisis humanitaria está en marcha, con enormes repercusiones para la presidencia de Estados Unidos y Europa y su política migratoria. Miles de desplazados que llegaron a Kabul ahora huyen al campo. La población tiene miedo a las represalias. El país se divide entre los que están felices con la llegada del Talibán y los que quieren huir del país y no pueden.

El temor es la violencia, la revancha, que no cumplan su palabra. El miedo es que los milicianos se venguen en Kabul, sin escuchar a los diplomáticos talibán. Ellos llegaron a Kabul listos para combatir, no para hacer la paz. Ese es el punto de tensión en estas horas.

Las fuerzas gubernamentales no existen más. Se rindieron. Nadie va a pelear por este gobierno o los occidentales. No tiene sentido. Deben salvar su vida y la de su familia.

El Talibán ya está en Kabul. Se escuchan disparos en Kabul pero las fuerzas de seguridad insisten en que "la situación esta bajo control", según la oficina presidencial. Un periodista de Sky News estaba transmitiendo en vivo, cuando detrás de él apareció el talibán y los vio pasar frente a su hotel.

Albania va a recoger a centenares de afganos que trabajaron con los militares occidentales. Será una transición hasta que lleguen a Estados Unidos como su destino final, según anunció Edi Rama, el primer ministro. También van a recibir intelectuales afganos y mujeres de las ONG, que temen ser amenazadas con ejecución por el Talibán. Las aerolíneas comerciales no están aterrizando en Kabul en estos momentos por temor a que haya un ataque sobre el aeropuerto. Pero los helicópteros militares siguen operando mientras en la embajada norteamericana los diplomáticos están quemando documentos sensibles. Gran Bretaña y Estados Unidos están enviando a Afganistán los aviones distribuidos en todo el mundo para la evacuación. El centro de procesamiento para la evacuación está en el aeropuerto. Es una pesadilla logística. Los afganos que colaboraron con la OTAN y sus familias necesitan salir.

Las fuerzas del gobierno se rindieron en la base de Bagram, el mayor centro de operaciones de la OTAN hasta su retiro. La abandonaron 15 días atrás, en medio de la noche, y dejaron allí 5.000 presos insurgentes en manos de las fuerzas del gobierno. El Talibán está anunciando que los extranjeros pueden quedarse o irse vía el aeropuerto pero deben registrar sus nombres en la administración del Talibán.

El talibán avanzó hacia Kabul vertiginosamente, con los buenos pertrechos abandonados por la OTAN y Estados Unidos en su retirada. Jeeps Humvees, blindados, cañones antiaéreos, artillería, tanques, fusiles M16 y municiones. En las bases de donde huyeron o se rindieron las fuerzas pro gubernamentales y las ciudades caídas, los milicianos han encontrado aviones, helicópteros que no funcionan y jets.

Después de tomar Kandahar, la segunda ciudad de Afganistán y la antigua capital del régimen talibán, los insurgentes avanzaron hacia la provincia de Logar. Asaltaron la capital provincial Puli Alam, tomaron el cuartel general de la policía y liberaron a cientos de prisioneros de la cárcel local.

El avance relámpago de los talibanes provocó la caída de al menos una docena de ciudades importantes, en manos de los insurgentes en solo una semana.

El Talibán comenzó su ofensiva en el campo, avanzó sobre las capitales provinciales. El temor es que la evacuación no se consiga, que el Talibán bombardee el aeropuerto, que es la única puerta de entrada y salida de Afganistán. El miedo es que se produzca un caos como en Saigón. La embajada se ha transferido al aeropuerto. Quedarán 50 personas ocupándose de los que hay que evacuar. Los helicópteros van y vienen entre la embajada y el aeropuerto. Jalalabad, la ciudad donde Osama Bin Laden pasó sus últimos días, fue ocupada por el Talibán. Rodeaban la plaza en sus camionetas técnicas, armados hasta los dientes y con sus banderas blancas flameando al viento. La gente los filmaba, los típicos taxis tuk-tuk se detenían. Los automovilistas frenaban.

El mundo ha cambiado en 20 años. Antes el Talibán no permitía la televisión, las imágenes, la educación femenina. Hoy ellos utilizan videos y las redes sociales. Se debe esperar como se refleja la evolución del mundo en el terreno. Los salones de belleza de Kabul ya han sido forzados a pintar sus vidrieras de negro. Ellos han asegurado que mantendrán el derecho a la educación de los niños. La población está dividida. Están los que resisten y se quedan en sus casas. Están los que temen las masacres de los talibanes y se esconden o huyen, si pueden. Tratan de pasar a Irán con pasadores. Las fronteras están controladas por el Talibán. El talibán llega a cada ciudad con listas de colaboradores, a los que convocan. Se han denunciado masacres, decapitaciones, robos y secuestros de chicas como esclavas sexuales. La gente tiene pánico por su comportamiento brutal.

A medida que las fuerzas gubernamentales se iban derrumbando, y las ciudades cayendo, los talibanes parecen haber adoptado una línea más suave. Le ofrecieron una carta de indulto a las tropas, que se rinden. La táctica ha sido eficaz. Allí está el secreto de la aceleración de su ofensiva, esta caída rápida de Kabul. Los soldados entregan las armas a cambio de su vida, mientras que oficiales ya han huido para salvar a su familia.

La amnistía está en funciones pero nadie sabe por cuánto tiempo. Los pobladores creen que más tarde, cuando las cámaras se vayan, matarán a quien quieran.

Las negociaciones políticas están en marcha en el palacio presidencial. El Talibán es más sofisticado que 20 años atrás. Puede ser que no utilicen la misma brutalidad que entonces. Los insurgentes rechazaron un acuerdo de poder compartido del gobierno afgano, a cambio de un alto el fuego, diciendo que aceptarían la paz solo a cambio de un nuevo emirato islámico. El presidente Ghani habló al país y presentó sus condolencias por las victimas. Se habla de un gobierno de transición, controlado por el Talibán, como una forma de prevenir una tremenda venganza en Kabul. Los detalles del acuerdo propuesto por los negociadores en Qatar, donde se están realizando renovados esfuerzos para garantizar la paz, no se han hecho públicos. Ghulam Farooq Majrooh, negociador del presidente afgano Ghani, dijo que se había invitado a los talibanes a formar un "gobierno de paz".

Zabiullah Mujahid, vocero de los talibanes, aseguró que el movimiento rechazó "el llamado del gobierno a un alto el fuego". Insistió en que los insurgentes aceptarían la paz "solo si se establecía un gobierno islámico". Exigen la partida del presidente Ghani. Se menciona al ex presidente Karzai, un pashtun como el Talibán, en las negociaciones.

Esta condición inquieta a los que deben ordenar la evacuación y a las aerolíneas comerciales, que han interrumpido los vuelos y circunvalan el aeropuerto de Kabul. Las fuerzas afganas pro-gobierno estaban bien entrenadas, pero no podían recibir ni municiones, ni comida ni refuerzos ni apoyo aéreo. La rendición se volvió el camino inevitable. Desde el 2014, 45.000 fuerzas del gobierno han muerto peleando a una fuerza del talibán de 75.000 hombres.

El grupo siempre ha rechazado la legitimidad del presidente Ghani, descartándolo como "un títere estadounidense". En marzo, el gobierno rechazó un acuerdo de distribución de poder de Estados Unidos. Los talibanes consideraron la última oferta de Ghani como "un signo de desesperación", después de una serie de devastadoras derrotas militares esta semana, cuando los insurgentes se acercaban a Kabul aceleradamente.

Por primera vez, ni la OTAN ni Gran Bretaña no están de acuerdo con el presidente Joe Biden y su decisión de retirarse. Lo sienten como una humillación para sus fuerzas, para los militares que murieron en vano defendiendo un estilo de vida y para los afganos, que arriesgaron su vida defendiéndolos.

La retirada estadounidense de Afganistán es un "error" y "conducirá al resurgimiento de al-Qaeda, que representa una amenaza para Occidente", advirtió el secretario de defensa británico, Ben Wallace.

Wallace dijo que Occidente "probablemente pagará las consecuencias" de la decisión de retirarse de Afganistán. Señaló a Donald Trump, el ex presidente de Estados Unidos, con un dedo crítico y describió un acuerdo que hizo con los talibanes sobre la retirada como "podrido".

El Parlamento británico ha sido convocado de su receso para discutir la crisis en Afganistán.