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Las diez revelaciones del juicio que erosionaron la defensa del viudo
12 de junio de 2007
Durante el juicio a Carlos Carrascosa surgieron diez revelaciones que dejaron tambaleando a la defensa:
* El fiscal dio con un revólver calibre 32 —el tipo usado para matar a María Marta— propiedad de Horacio Ognio, sobrino del viudo. Cuando lo intimaron a presentarlo ante la Justicia no pudo hacerlo. Dijo que creía haberlo perdido.
* Sin embargo, después la defensa de Carrascosa presentó fotocopias de un expediente judicial donde se lo denuncia como robado en 1999. El Tribunal pidió que presentaran la causa original, radicada en Corrientes. Esto no ocurrió.
* La grabación de la primera llamada realizada por Carrascosa pidiendo auxilio mostró que en el trasfondo, por detrás de la voz del viudo, hubo una conversación entre un hombre y una mujer. Según la pericia, la voz de hombre es del cuñado, Guillermo Bártoli. La femenina está en duda: para el fiscal, es Irene Hurtig, la hermanastra de la víctima; para la defensa, es la masajista, Beatriz Michelini. Los gritos sugieren una actividad diferente a la confesada por el acusado.
* Esto lleva a otras dos novedades. La primera tiene que ver con los movimientos de Michelini; Carrascosa siempre dijo que la masajista entró a su casa detrás suyo, cuando él hallaba a su esposa en la bañera. Sin embargo, los videos de seguridad muestran que la empleada llegó a la puerta del Carmel a las 18.59, testigos dicen que esperó 15 minutos allí y se comprobó que el recorrido hasta lo de María Marta tarda 7 minutos. Es decir, que la mujer no podría haber llegado allí a las 19.07, hora del llamado.
* El otro dato nuevo tiene que ver con Irene Hurtig. La hermanastra afirmó que llegó a la casa tras la llamada de las 19.07, luego corrió ida y vuelta hasta lo de un médico, llamó a otro, y después pidió una ambulancia a la Guardia. Pero la llamada de la Guardia a la ambulancia fue 19.12. ¿Cómo pasó todo tan rápido?
* La escena del crimen tuvo más novedades: un perito dijo que el baño debería haberse llenado de olor a pólvora tras los balazos, algo que desmiente la versión del viudo de que no notó nada indicativo de un asesinato; y un miembro de la familia que vio el "pituto" en ese baño, Horacio Zarracán, contó que se habló de la sospecha de que fuera una bala.
* En esa misma casa, distintos testigos dijeron haber visto a María Marta "maquillada" desde antes de que empezara el velatorio. ¿Taparon así las heridas?
* El dato se sumó a la sospecha de que las heridas pudieron haber sido cerradas con pegamento.
* Algo similar pasó con la coartada del acusado: a las dudas que ya había sobre lo que hizo en el horario del crimen, se agregaron otras en relación a las horas previas. El sostenía que almorzó en lo de Sergio Binello, donde Bártoli lo invitó a ver River—Boca a la tarde. Pero una mucama dijo que el cuñado comió en su casa y dos empleados de Binello no lo vieron en lo de su patrón.
* También fue nueva la postura del padre de María Marta. Carrascosa juraba que éste lo apoyaba. Pero al declarar en el juicio, Horacio García Belsunce dijo que nunca había encargado una investigación paralela para favorecerlo, como juraba la defensa.
* El fiscal dio con un revólver calibre 32 —el tipo usado para matar a María Marta— propiedad de Horacio Ognio, sobrino del viudo. Cuando lo intimaron a presentarlo ante la Justicia no pudo hacerlo. Dijo que creía haberlo perdido.
* Sin embargo, después la defensa de Carrascosa presentó fotocopias de un expediente judicial donde se lo denuncia como robado en 1999. El Tribunal pidió que presentaran la causa original, radicada en Corrientes. Esto no ocurrió.
* La grabación de la primera llamada realizada por Carrascosa pidiendo auxilio mostró que en el trasfondo, por detrás de la voz del viudo, hubo una conversación entre un hombre y una mujer. Según la pericia, la voz de hombre es del cuñado, Guillermo Bártoli. La femenina está en duda: para el fiscal, es Irene Hurtig, la hermanastra de la víctima; para la defensa, es la masajista, Beatriz Michelini. Los gritos sugieren una actividad diferente a la confesada por el acusado.
* Esto lleva a otras dos novedades. La primera tiene que ver con los movimientos de Michelini; Carrascosa siempre dijo que la masajista entró a su casa detrás suyo, cuando él hallaba a su esposa en la bañera. Sin embargo, los videos de seguridad muestran que la empleada llegó a la puerta del Carmel a las 18.59, testigos dicen que esperó 15 minutos allí y se comprobó que el recorrido hasta lo de María Marta tarda 7 minutos. Es decir, que la mujer no podría haber llegado allí a las 19.07, hora del llamado.
* El otro dato nuevo tiene que ver con Irene Hurtig. La hermanastra afirmó que llegó a la casa tras la llamada de las 19.07, luego corrió ida y vuelta hasta lo de un médico, llamó a otro, y después pidió una ambulancia a la Guardia. Pero la llamada de la Guardia a la ambulancia fue 19.12. ¿Cómo pasó todo tan rápido?
* La escena del crimen tuvo más novedades: un perito dijo que el baño debería haberse llenado de olor a pólvora tras los balazos, algo que desmiente la versión del viudo de que no notó nada indicativo de un asesinato; y un miembro de la familia que vio el "pituto" en ese baño, Horacio Zarracán, contó que se habló de la sospecha de que fuera una bala.
* En esa misma casa, distintos testigos dijeron haber visto a María Marta "maquillada" desde antes de que empezara el velatorio. ¿Taparon así las heridas?
* El dato se sumó a la sospecha de que las heridas pudieron haber sido cerradas con pegamento.
* Algo similar pasó con la coartada del acusado: a las dudas que ya había sobre lo que hizo en el horario del crimen, se agregaron otras en relación a las horas previas. El sostenía que almorzó en lo de Sergio Binello, donde Bártoli lo invitó a ver River—Boca a la tarde. Pero una mucama dijo que el cuñado comió en su casa y dos empleados de Binello no lo vieron en lo de su patrón.
* También fue nueva la postura del padre de María Marta. Carrascosa juraba que éste lo apoyaba. Pero al declarar en el juicio, Horacio García Belsunce dijo que nunca había encargado una investigación paralela para favorecerlo, como juraba la defensa.