La jueza Alejandra Provítola ordenó el allanamiento de dos consultorios del psiquiatra que atiende a Jazmín Felioga, la joven de 35 años que el jueves al mediodía se llevó a un nene de seis años de una colonia de vacaciones de Caballito pero finalmente terminó detenida.

Ambos consultorios están en Capital Federal, y la Policía pudo ubicar al profesional de la salud justo antes de que se fuera de vacaciones.

Durante el allanamiento realizado en la noche del jueves a la casa de la mujer, ubicada en Villa del Parque, se encontró documentación vinculada a un tratamiento psiquiátrico.

Un hallazgo que refuerza la hipótesis de que la joven pudo haber cometido el rapto del menor como consecuencia de alguna alteración mental que sufre.

La magistrada investiga si la detenida por el secuestro conocía el lugar o a algunos de los empleados del club Oeste donde funciona la colonia de vacaciones. Además quiere saber si la mujer actuó con premeditación y en complicidad con alguien.

La imputada se define en sus redes sociales como “poeta, estudiante de teatro y organizadora de eventos culturales”. La jueza Provítola indagará mañana a la acusada, quien permanece incomunicada y sería imputada de sustracción de menores, aunque las sospechas alcanzan hasta un posible caso de abuso sexual.

A su vez, se aguarda el estudio psiquiátrico para conocer el estado de salud mental de la imputada. En paralelo se espera el resultado del peritaje sobre el teléfono celular de la detenida, lo que permitirá inferir si pudo tratarse de un plan premeditado o si se comunicó con alguien en los momentos previos y posteriores al secuestro.

Antes de indagar a la joven, la magistrada dispuso escuchar el testimonio de la tía, la madre y el policía que localizó al chico y a su captora en las hamacas del Parque Rivadavia.

Fernanda, la mamá del chico de seis años, aseguró hoy que la mujer que retiró a su hijo de la colonia “se lo llevó por la fuerza”, y aclaró que “el club no está lleno de nenes”.

La madre del nene contó que su hijo “tenía un yogur en la mochila”, que le había dado la persona que lo retiró. Y dijo que “cuando nos encontramos lloramos los dos, pero no le volví a preguntar porque no le quiero generar miedo”.

rob