Es una de las consecuencias de la pandemia más simbólicas para la Cidade Maravilhosa. El carnaval de Río de Janeiro quedó suspendido y, al menos en febrero, no será realizado.

"Llegamos a la conclusión de que el evento debe ser aplazado. No podemos hacerlo en febrero". Esa fue la determinación tomada por la Liga Independiente de Escuelas de Samba. Conocida por sus siglas como LIESA, es la encargada de la organización de los tradicionales desfiles en el Sambódromo de Río.

Preparar los desfiles les toma todo un año a las escuelas de samba, que compiten por ser la mejor en cada edición. Pero por culpa de la pandemia, se quedaron sin los recursos necesarios para organizar a las comparsas y el carnaval en su conjunto.
La noticia habla por sí sola de la situación en Brasil. Un país de 210 millones de habitantes que ya registró 4,7 millones de infecciones y casi 140.000 muertes por COVID-19, una cifra de decesos solo superada por Estados Unidos.

Según los datos del ministerio de Salud, en las últimas dos semanas sigue habiendo en el país una media de 735 muertes y cerca de 30.000 nuevos contagios cada día.

Río de Janeiro es una de las zonas más afectados por la pandemia. Con 18.000 fallecidos, si el estado fuera un país, tendría la segunda tasa de mortalidad más alta del mundo, con 104 decesos por cada 100.000 habitantes. En este rubro, solo es superada por San Pablo.

Los organizadores concluyeron que el Sambódromo sería un lugar más que propicio para ayudar a la multiplicación exponencial del virus, debido a la cantidad de personas que se reúnen durante una semana para ver el paso de las escuelas de samba.