Hace rato que los sex toys ya no están al fondo de una galería oscura. Se exhiben en las vidrieras porteñas y del Conurbano, a plena luz del día, en las avenidas y las principales arterias comerciales, en las farmacias al lado del paquete de preservativos o en perfiles de Instagram que ofrecen información y una forma menos expuesta de consultar.

“¿Este para qué se usa?”, preguntaba por WhatsApp una señora de 80 años en junio. La intimidad del aislamiento no sólo favoreció al boom de la cocina y las clases por Zoom.

En Mercado Libre Argentina, la categoría de “juguetes sexuales” arroja 22.273 resultados, apenas dos mil publicaciones menos que la de “tablets y accesorios”. Como en otros rubros, la plataforma virtual se convirtió desde marzo en una vidriera obligatoria para los comerciantes, sobre todo para aquellos que tenían menos desarrollada la venta online.
Específicamente en el rubro de sex toys, las ventas aumentaron un 97 por ciento, informaron a Clarín desde la compañía. El número surge de la comparación de las ventas de productos durante abril, mayo y junio respecto al trimestre previo (enero, febrero y marzo), en los que recién se daban los primeros casos de coronavirus​ en la Argentina y el inicio de la cuarentena.

En cuanto a los usuarios que realizaron estas compras, Mercado Libre puntualizó que el 60 por ciento de las búsquedas en la categoría fueron realizadas por mujeres y el 50 por ciento por un público adulto pero joven de entre 18 y 34 años.

En Buttman, el sex shop que tiene 18 años en el mercado y ocupa un fachada gigante en plena Avenida Corrientes, las ventas desde el sitio online también crecieron, lo que permitió que el volumen total se mantuviera.