El coronavirus sigue haciendo estragos en una desconsolada Italia, donde empieza a reinar la anarquía.

Este sábado el país en el que millones de argentinos tienen sus ancestros, vivió un Día la Primavera nefasto.

Por segunda jornada consecutiva el número de muertos y de casos del nuevo coronavirus superó los récords del día anterior: en 24 horas hubo otras 793 muertes -546 en Lombardía, la región mártir en esta catástrofe-, lo cual hizo trepar el total de decesos a 4825.
Además, se registraron 4.821 nuevos casos, que a raíz de la elevada tasa de mortalidad que arrecia en el gigante europeo preanuncia más muertes.

El total de de infectados asciende a 53.578, informó la Protección Civil, pero cada vez son más los casos no registrados y los italianos van muriendo en sus casas ante el avance de la peste. El jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, dio el único dato positivo: 943 curados en 24 horas, cifra que llevó el total a 6072.
Borrelli indicó que hay 2.857 personas en terapia intensiva (1093 en Lombardía), 17.708 internadas con síntomas y 22.116 en aislamiento domiciliario.

En este marco, los gobernadores del norte reclamaban a viva voz al errático gobierno de Giuseppe Conte medidas aún más restrictivas, como la parálisis total de las actividades productivas no esenciales y el Ejército en las calles para impedir la circulación de la gente. "Llegó el momento de detenernos, pero en serio. Al momento consideramos que la adopción de valientes nuevas medidas restrictivas puedan representar la única y auspiciable solución para una tragedia que, con los contagios en aumento inexorable, parece no tener fin", pidieron en una carta a Conte y al gobernador de Lombardia, Attilio Fontana, 243 alcaldes de la provincia de Bergamo, una de las más afectadas.