Choferes de la Unión Tranviarios Automotor que trabajan de la empresa Dota se manifestaron frente a la sede del gremio.
El origen de la violencia fue la internar entre Miguel Bustinduy, enfrentado al titular del gremio Roberto Fernández. Los partidarios de Bustinduy tomaron la sede sindical.

Detrás, aparecen las tensiones entre Moyano y la UTA por cargos en Transporte. Todo empezó con un paro de choferes de colectivos. Pero el eje fue la pelea entre el secretario de la UTA, Roby Fernández, y Miguel Bustinduy, aliado a Hugo Moyano. Los opositores destrozaron el gremio y Fernández se refugió en la terraza.

La disputa llegó llegó hasta la sede de Moreno al 2900 de la UTA, cuando los militantes de Bustinduy quisieron ingresar al edificio.

El resultado fue feroz: el edificio destrozado, imágenes de trabajadores trepando por la fachada y un coche volcado en la vereda de la sede fueron apenas algunas de las cosas que sucedieron ayer en Balvanera.

El propio Fernández admitió que convocó a las fuerzas policiales para que ingresen al edificio, y se refugió en los techos de la sede.

A medianoche, el dirigente sindical confirmó que llegó a un acuerdo con sus adversarios internos para desalojar el lugar y convocar a una reunión el 14 de enero.

Durante los incidentes "hubo 11 heridos, que fueron trasladados a los hospitales Ramos Mejía y al Penna, y están en condición de ser dados de alta".

Salvo uno, que fue derivado al Güemes por su obra social y quedará internado.

También fue detenido un hombre que portaba un pistola calibre .9 milímetros con una inscripción de la Policía Federal.

La situación se descontroló a tal punto que la Policía de la Ciudad debió intervenir para que pudieran salir Fernández y los trabajadores que quedaron dentro del edificio cuando ya era de noche. En el medio de la tensión Fernández habló con un medio y dejo una frase inquietante: “Me tomaron el gremio. Si suben, los mato a fierrazos".

Parte de la explicación de por qué se produjeron los incidentes la dieron los dirigentes gremiales enfrentados a la UTA cuando se puso en marcha el paro sorpresivo que afectó a 60 líneas de colectivos y dejó a miles de pasajeros varados.

Bustinduy, dirigente de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) opositora, explicó que el paro se venía "analizando". Habló de un reclamo de la línea 257 por el despido de un trabajador con fueros sindicales.

"Tenemos varios problemas que se van sumando. Hay seccionales en el interior del país donde no les reconocen la escala salarial. Tenemos un problema de no atención de las obras sociales en el país", amplió en declaraciones radiales. Bustinduy acusa a Fernández de ser dócil y blando en los reclamos gremiales y salariales.

Mario Calegari, vocero de la UTA, dijo: "No decretamos ninguna medida de fuerza, ni paro sorpresivo ni lo avalamos”.

El dirigente dejó entrever que la protesta también tiene que ver con una interna gremial.

Es que el sector al que representa Bustinduy está enfrentado con la conducción del gremio, que tiene al frente a Roberto Fernández. De ahí que este paro no cuente con el aval de la conducción.

Pero Bustinduy no está solo. Cuenta con el apoyo de Moyano. De hecho, detrás de la toma se coló una interna entre el camionero y el jefe de la UTA por cargos en el Ministerio de Transporte.

Moyano quería ubicar en la cartera que conduce Mario Meoni a Guillermo López del Punta, un abogado de su confianza que ya había estado en el ministerio. Pero no logró su objetivo.

En su lugar quedó Abel "Chavo" De Manuele, un abogado que representó a la UTA entre otros gremios y es amigo personal de Meoni.

Los violentos incidentes en la UTA ocurrieron el mismo día que el Ministerio de Transporte oficializó que Moyano no colocará a nadie propio en cargos relevantes.

Meoni nombró a Walter Saieg al frente de la Secretaría de Gestión del Transporte, el puesto al que postulaba el camionero a López del Punta. Y designó al cordobés Gabriel Bermúdez al frente de la Subsecretaría de Transporte Automotor, otra dependencia que ambicionaba Moyano porque es la que controla su actividad.

Según imágenes que circularon en las redes sociales, algunos choferes coparon la fachada del edificio durante una manifestación.
Por su parte, líneas de colectivos de la empresa DOTA que circulan en la Ciudad y el conurbano bonaerense no circulaban por paro de su personal en reclamo de mejoras salariales y un despido.

Las líneas de colectivos que no circulan son: 5, 6, 7, 8, 9, 21, 25, 28, 44, 50, 56, 76, 91, 100, 101, 115, 117, 135, 146, 150, 161 y 188, según informó la Ciudad de Buenos Aires en su cuenta de twitter BA Tránsito.