El británico se mostró más que dolido por tener que tomar esta decisión, que lo hace tras varios meses intentando recuperarse de unos fuertes dolores en la cadera.

Si bien declaró que espera poder llegar hasta Wimbledon, los dolores de cadera que sufre son demasiado grandes y cree que le será difícil continuar luego del Abierto de Australia: "No estoy seguro de poder aguantar cuatro o cinco meses más".

”Estaré en el Australian Open y espero poder jugar en Wimbledon el último torneo de mi carrera. He estado luchando mucho tiempo", expresó.

“Puedo jugar con limitaciones y dolor, pero no me permite disfrutar compitiendo o entrenando. Wimbledon es donde me gustaría dejar de jugar, pero no estoy seguro de poder hacerlo”, admitió Murray.

Tras finalizar la conferencia de prensa en la que realizó el anuncio, el escocés se retiró entre lágrimas.