En un episodio sin precedentes, el máximo directivo de la automotriz japonesa Nissan, el brasileño Carlos Ghosn, fue detenido por evadir impuestos tras una profunda investigación lanzada por su propia compañía.
Ghosn, de 64 años, es uno de los ejecutivos más poderosos de la industria automotriz, ya que también encabeza la alianza Nissan, Renault y Mitsubishi Motors, que vende unos 10 millones de vehículos anuales.

Para sorpresa del Fisco nipón, fue la propia empresa la que detectó que el prominente ejectivo no declaraba todos los ingresos que recibía y lo denunció.

La evasión sería de varios millones de dólares.
Nissan reveló desde la investigación llevó varios meses tras sospechar "malas conductas" de su número uno.

El asunto también le toca a otro alto ejecutivo, Greg Kelly. "La investigación demostró que durante muchos años tanto Ghosn como Kelly en su informe a la Bolsa de Tokio reportaron cantidades de compensación menores a las cifras reales", dijo la compañía.

El número uno de Nissan no sólo evadía impuestos, sino que también usaba de bienes de la compañía para beneficio personal.

La empresa pidió "disculpas profundamente por causar gran preocupación a nuestros accionistas e interesados. Continuaremos el trabajo para identificar nuestros problemas de gobernabilidad y cumplimiento, y para tomar las medidas apropiadas”.

Ghosn tenía alta reputación por evitar la bancarrota de Nissan y transformarla en las últimas 2 décadas. Pero ahora cayó en desgracia.