En el tercer paro nacional que la CGT realiza contra el Gobierno de Cambiemos, la medida de fuerza se sintió en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano.

Ayudada por los piquetes realizado en los accesos clave a Capital por parte de agrupaciones de izquiera y piqueteros, fue muy difícil acceder desde la provincia de la Ciudad.

Pero fue decisiva la adhesión del transporte público, ya que no hubo ni colectivos, ni trenes, ni subtes. La CGT destacó que la huelga tenía una alta adhesión en todo el país.

El presidente Mauricio Macri aseguró que “no contribuye a nada” le paro.

Igual, en el Gobierno dicen estar “abiertos al diálogo”.

La adhesión de los gremios del transporte a la medida de fuerza impulsada por la central obrera garantizó una alta ausencia a los lugares de trabajo, ya que no funcionan colectivos, trenes ni subtes.

También se vio afectada la llegada y salida de aviones, con unos 70.000 pasajeros afectados, mientras los taxis funcionaban parcialmente.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires hay más de 15 millones de usuarios de transporte público afectados.

Unos 13 millones de pasajeros de colectivos más 1,5 millones de usuarios aproximadamente de las líneas de trenes y unos 1,2 millones de usuarios de subte en la ciudad de Buenos Aires.

Agrupaciones de izquierda junto a sectores más combativos del sindicalismo llevaban adelante lo que llaman "un paro activo" con cortes de calles y en los accesos.

Entre otras organizaciones participan de la movilización el Frente de izquierda, Nuevo MAS, MST, el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y el PTS. El sector más afectado fue el punto Pueyrredón, que permanecía cortado totalmente desde las 7.