Lionel Messi es otra vez dueño de la Liga española. El rosarino hizo un golazo y el Barcelona le ganó 1-0 al Atlético de Madrid como visitante, resultado que le dio su séptimo título local y el 23° desde que juega con la camiseta blaugrana.

Además, le permitió alcanzar la primera estrella de la Triple Corona: luego irá por la de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao y la de la Liga Campeones frente a la Juventus.

Para alcanzar el título este domingo le alcanzaba al Barsa con ganar en el Vicente Calderón. Pero no sería una tarea sencilla. El equipo del Cholo Simeone, tercero en la liga, es experto en alterar planes, ensuciar partidos y molestar a cualquiera. Y en la primera hora de partido, a los catalanes se lo harían saber.

El Barcelona no la pasó al comienzo. El chileno Claudio Bravo, arquero titular en la liga local, sacó dos pelotas magníficas y evitó que el cero de su arco se alterara. Desde entonces, el fútbol del visitante comenzó a crecer y Messi se encargó de inquietar a su rival, aunque no tuvo éxito en la búsqueda del gol en la primera mitad.

En el segundo, otra vez fue el local el que salió mejor, pero le duró muy poco al Atlético. El equipo de Leo y Javier Mascherano tomó nuevamente el control de las acciones y con pequeñas sociedades se las ingenió para romper el marcador. A los 20 del complemento, Messi se juntó con Pedro, quien le devolvió una pared, y rodeado de defensores, el argentino ensayó una pisada y una definición magnífica al segundo palo de Oblak, que nada pudo hacer.

Por entonces, el Real Madrid le estaba ganando al Espanyol en Barcelona por un gol de Cristiano Ronaldo y le permitía a los blancos acercarse a dos puntos del líder. Luego del tanto del Barcelona llegaría un grosero error de Keylor Navas, el festejo de Marcelo y dos más de Cristiano para el 4-1. Así, la diferencia se mantendría en cuatro puntos entre catalanes y madridistas, con solo tres en juego.

Neymar tuvo la chance del segundo para liquidar la historia pero su remate, tras un pase de Messi, se fue por arriba del travesaño. También pudo Pedro, pero su disparo desde afuera del área se escapó desviado. En definitiva, no hubieran cambiado las cosas. El Barcelona se consagró campeón una fecha antes del final por una genialidad de la Pulga, una vez más, y el mundo del fútbol volvió a rendirse a los pies del mejor.