La automotriz Peugeot-Citroën decidió suprimir por tiempo indeterminado uno de los turnos de producción de la planta que posee en Villa Bosch y suspendió a 1000 trabajadores, que durante el tiempo que perdure la medida cobrarán sólo el 65% del sueldo.

Ante la posibilidad de que la crisis del sector se agudice, la Confederación General del Trabajo (CGT) que lidera Antonio Caló (alineada con el kirchnerismo) propuso a los directivos de la empresa -según El Cronista- absorber a 600 operarios que fueron suspendidos durante un programa de capacitación y formación, a cambio de que la compañía se haga cargo del pago de los salarios.

Las negociaciones se producen en un escenario complicado por el desplome de los patentamientos 0 km y la caída de las exportaciones a Brasil. Esto último será determinante para la decisión que tomen los directivos de Peugeot-Citröen en lo inmediato: si se registra una recuperación, se podría normalizar la producción; en caso contrario, la medida se extendería e incluso podría haber cesantías.

El ofrecimiento de la CGT no sería una solución definitiva, sino un parche para evitar que se produzcan despidos, a la espera de que el mercado automotriz logre recomponerse. Los responsables de la compañía francesa aún no tomaron una determinación sobre la propuesta.

Algo similar se vive en Córdoba, donde la compañía Iveco anunció ayer una extensión (de seis días) del freno que le puso a la producción por la crisis que afecta al sector. La medida incluye la suspensión de 600 operarios.

Esta determinación impacta de manera negativa en la autopartista cordobesa Montich, que, como destina un 65% de su producción a Iveco, anticipó que para los próximos 60 días implementará un plan de suspensiones de 500 operarios.