Una familia de Inglaterra que perdió a uno de sus miembros de forma trágica, decidió transformar al difunto en un diamante sintético.

Mick Egan murió el año pasado de una hemorragia cerebral y su esposa de más de 30 años, Susan, decidió que como forma de preservarlo para siempre, lo convertiría en un diamante.

La familia Egan, oriunda de Blackpool, en el norte del país, decidió convertir al difunto en un diamante, joya que llevó encima su hija Celeste en el día de su casamiento, permitiéndole así a la joven caminar hacia el altar "acompañada de su padre".

La piedra fue realizada en 24 semanas por una compañía especializada de Estados Unidos, que logró crear el diamante tras un proceso químico de extracción de carbón de las cenizas del difunto, calentándolas a temperaturas muy elevadas, para así convertirlas en grafito adiamantado.

Tras la obtención del diamante en bruto, la compañía cortó la joya de acuerdo a las especificaciones de la familia inglesa.

"Creemos que a él le hubiera encantado la idea", declaró su esposa Susan a una cadena británica.

"El diamante tenía que ser azul porque mi marido tenía ojos azules. Nunca creí que fuera tan hermoso hasta que llegó a casa", dijo la señora Egan.

"Creo que hicimos lo correcto, y me siento muy cómoda con la joya, que me durará para siempre", continuó.

Según la mujer, a su esposo "le gustaba ser el centro de atención" y cada vez que entraba en una habitación "era como si el lugar se iluminara".

"En cierto sentido, el diamante ilumina, es como una memoria de cómo era él", concluyó.

El diamante azulado arribó a tiempo para el casamiento de la hija de Mick y Susan, Celeste, quien caminó hasta el altar sosteniendo la joya "como si fuera el padre que la llevaba".

"Fue muy emocionante porque ese era mi sueño, que algún día mi padre me acompañara hacia el altar", destacó la joven.

"Creo que fue una decisión correcta por parte de mi familia, ya que a papá le hubiera encantado la idea", subrayó la recién casada.