Poco acostumbrado a caminar las calles, el ministro de Economía, Axel Kicillof, se hizo hacer un reportaje en la agencia oficial Télam para salir al cruce de una realidad que lo supera: el crecimiento de la pobreza y la marginalidad que se acentuó por la inflación desatada desde que Cristina Fernández llegó al poder.

Para el funcionario, hay “clara intencionalidad política” en quienes supuestamente "quieren negar los logros alcanzados respecto de la baja de pobreza, desempleo y desigualdad" en los últimos 10 años.

Desafió a que desde esos sectores expliquen cómo hacen los cálculos "y cuáles serían sus propuestas" para mejorar esos indicadores.

La primera es hacer que la inflación no sea de dos dígitos todos los años, como provocó el modelo de gasto y emisión descontrolada aplicado por Cristina Fernández para mantenerse en el poder a cualquier precio.

"Si se duplicó el PBI y entre otras cosas se crearon 6 millones de puestos de trabajo, nadie puede creer que no hayan bajado los niveles de pobreza", agregó Kicillof, tras la polémica por la decisión oficial de no difundir los últimos índices, aunque está ahora todos los indicadores están en tela de juicio y cada hay más dudas sobre cuánto creció el país y si realmente se crearon semejante cantidad de puestos de trabajo, salvo en el Estado, donde sí se incorporó casi un millón de personas, a muchas de las cuales se las termina poniendo al servicio de los actos oficiales de propaganda o para garantizar triunfos electorales en zonas adversas.

El ministro destacó que durante los últimos diez años se firmaron 1.600 convenios colectivos de trabajo, y entre otras cosas se multiplicaron las redes de agua potable y se construyeron viviendas sociales en todo el país".

Se preguntó "¿cómo es que los niveles de pobreza no bajaron? En verdad, quienes hacen estas afirmaciones son los que deberían explicar cómo llegan a semejantes conclusiones".

Comparado con la debacle del 2001, los niveles de pobreza bajaron, lo que discuten los estudios privados es que la pobreza sea inferior al 5 por ciento como plantea el INDEC, y no más cercana al 25%, porque cada vez más familias quedan sin chances de cubrir la canasta básica, ante el aumento generalizado de los precios que el gobierno no logra calmar.

Sólo con la estadística oficial, que según el cuestionado INDEC fue del 10% en el primer trimestre, la presión sobre los bolsillos se viene haciendo insoportable.

Si se tiene en cuenta que la inflación sería aún mayor, el deterioro de la situación social resulta evidente.