El ídolo riverplatense, Enzo Francescoli, fue presentado este viernes como nuevo secretario técnico del club millonario, dentro del ambicioso proyecto del flamante presidente Rodolfo D'onofrio de relanzar y renovar la club regresando a sus raíces.

Al asumir su nuevo cargo, Francescoli definió su rol: "Seré el nexo entre el cuerpo técnico, los jugadores y los dirigentes", explicó el Príncipe, quien está caminando los pasillos del Monumental desde el mismo día en que D'Onofrio tomó el mando del club. Su rol también apuntará al reposicionamiento de River en el ámbito internacional. El uruguayo se encargará de gestionar amistosos y giras en distintos puntos del planeta, por lo cual deberá viajar seguido.

"En un club de la inmensidad de River no hay una poción, un hombre o un nombre mágico que pueda cambiar la historia. Entre todos debemos colaborar para volver a las raíces de este club", sostuvo Francescoli,

El otro hombre de peso en la Secretaría Técnica será Gancedo, mano derecha de Francescoli. El foco del exmediocampista estará puesto en el proyecto integral de divisiones inferiores y en el fútbol infantil. "Hay que enseñarles a los chicos que el fútbol es un juego colectivo. Quiero la mejora del rendimiento del futbolista para que cuando vayan a ser profesionales lleguen con un entendimiento del juego", señaló el Pipa.

En ese proyecto también encuadra el último gran ídolo del Millonario: Ariel Ortega. "El Burrito empezará a ayudar a Gustavo Zapata en la Reserva. La idea es que esté cerca de los chicos", detalló Francescoli. El jujeño se sumará a un cuerpo técnico que ya cuenta con otro asistente, César Laraignée.

El desfile de ídolos no termina allí ya que Norberto Alonso fue designado como asesor presidencial y esta tarde se oficializará el nombramiento de Amadeo Carrizo como presidente honorario del club.

Quien espera que se le abra una puerta para volver a su casa es Ubaldo Matildo Fillol, quien ya trabajó en las divisiones inferiores, fue ayudante de campo de Juan José López y abandonó el club en mayo de 2011, un mes antes del descenso, tras un incidente con Juan Pablo Carrizo (entonces arquero del Millonario).